Futuros monstruos

Vida 07/06/2016 05:00 Silvia Ojanguren Actualizada 05:00
 

La falta de empatía, mentira y poca emoción en los niños pueden ser señales que auguran que “tendrían los peores problemas de conducta años más tarde” y pueden ser menores que “intimidan a otros a pesar de  cómo se sientan las víctimas”. 

Se trata de hallazgos de investigadores de las universidades de Michigan,   Pensilvania, Oregon y varias más en la búsqueda de pistas para identificar qué niños pueden estar en riesgo de los “peores resultados antisociales y cuáles son las fuentes de estos  problemas”. 

Alerta general. “Estas son señales que los padres y médicos deberían tener en cuenta, ya que puede ser la señal de algo más que los terribles 2”, indica  Lucas Hyde, profesor asistente de psicología en la Universidad de Michigan y autor principal del estudio. 

De hecho, señala, cuando estos comportamientos no se corrigen, los niños podrían tener problemas con la ley en el futuro. Pero, reconoce, “la mayoría de los niños superan estos comportamientos, investigaciones han demostrado que la mayoría de los criminales de carrera comenzaron su comportamiento antisocial durante sus primeros años de vida”.  

Los comportamientos insensibles/sin emociones son muy distintos de otros problemas de comportamiento, dijo Jenae Neiderhiser, profesora de psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania y que codirigió la recolección de datos para el estudio. "Si podemos identificar a estos niños temprano podemos tener una mejor oportunidad de intervenir en su desarrollo", puntualizó la profesora.  

Mirada sobre el horizonte. Más allá de la identificación de los primeros signos de problemas, el trabajo de los investigadores arroja luz sobre los orígenes de los comportamientos.  

Décadas de investigación han demostrado que la crianza dura y negativa está vinculada con el desarrollo del comportamiento antisocial. 

“El desafío en esta investigación ha sido conocer el verdadero origen de estos comportamientos porque los padres cuidan de sus hijos y proporcionan los genes de sus hijos.  

“Así que ha sido difícil saber si estamos viendo que la crianza provoca estos comportamientos, o es sólo un signo de los genes que se transmiten al niño”, dijo Hyde. 

El equipo siguió a 561 familias con hijos adoptivos, documentando la historia de madres biológicas “de conducta antisocial grave”, así como los comportamientos de padres e hijos adoptivos. Encontró que el comportamiento antisocial de las madres biológicas predijo conductas insensibles y sin emociones en niños que fueron adoptados en su infancia, a pesar de tener poco o ningún contacto con ellas. Es decir, estos comportamientos fueron heredados. 

 

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