Cada día una persona ejecuta de 12 mil y 33 mil movimientos de cabeza y ojos, así como de 4 mil a 17mil reacciones de pupilas y 30 mil pulsaciones de teclado. Esto puede desencadenar el Síndrome Visual Informático.
La optometrista Nancy Espíndola Romero explica que se trata de un problema que sufren muchos usuarios de computadora, secretarias, estudiantes y ejecutivos.
Detalles del problema. Las señales más comunes del síndrome son fatiga, visión borrosa, picor de ojos, dolor de cabeza, ocular, ojo seco e irritado, hipersensibilidad a la luz y anomalías refractivas como astenopia ocular (cansancio de los ojos por ver la pantalla de la computadora, leer, etc.), además de dolor de cuello.
De acuerdo con la especialista, para evitar las molestias provocadas por pasar largos periodos frente a un monitor, es bueno usar gafas adecuadas, graduadas por un optometrista y descansar periódicamente (cada 30 o 60 minutos).
Nadie puede olvidar trabajar con una ventilación e iluminación indirecta y utilizar gafas con filtro para rayos ultravioleta al abandonar la oficina, especialmente durante las horas de mayor radiación solar.
Voz de la experiencia. Para la optometrista Leticia Sánchez González, el espacio de la oficina es un factor clave en la prevención del síndrome.
Elementos como el ángulo correcto respecto a la pantalla de la computadora, la postura en la silla, la iluminación del escritorio, los colores de las paredes, hasta el tamaño del texto que se lee, pueden ser causas que desencadenen el Síndrome Visual Informático, indica.
Para quienes tienen algún error refractivo o condición patológica, otra forma de protección ante el deslumbramiento es el uso de lentes de contacto con protección UV, explica Ana Lilia Gabriel Mendoza.
Existen lentes de contacto con protección UV, como los Lentes Rígidos Permeables al Gas, material que por naturaleza tiene un alto nivel de protección o los lentes híbridos, con centro rígido y orilla con faldilla blanda, que por ser de diámetro amplio posee gran protección de la córnea y por lo tanto de los rayos UV, además de los entes de contacto blandos o hidrofílicos, con gran protección.
Para prevenir el síndrome, el Consejo de Optometría México recomienda que las personas acudan a realizarse un examen al menos una vez al año o ante cualquiera de los síntomas.