Es tiempo de sol de verano y de una importante pregunta: ¿me bronceo la piel? ¿adquiero un bonito color miel? o ¿protejo mi piel del sol y me evito molestias y la posibilidad de padecer cáncer de piel en el futuro?.
Christian Baum, especialista en Dermatología de Mayo Clinic, dice que “se sabe que el sol y algunas fuentes artificiales de luz solar emiten rayos ultravioletas que dañan la piel (rayos UV), que los daños de la piel se acumulan con el tiempo y que eso generalmente conduce al cáncer de la piel”.
Radiación amenazante. Los protectores solares y las advertencias médicas sobre los daños de la luz solar existen desde hace más de 50 años y en la década de los 80 surgieron las camas de bronceado y durante años ha sido común broncear la piel.
El doctor Baum comenta que no ha notado una disminución en el bronceado de la piel, las camas de bronceado no han dejado de existir y las playas tampoco están vacías.
“Lo que la gente debe recordar es que el daño se acumula” y que las quemaduras solares de la juventud y la piel caliente, roja y pelada en los hombros de la edad adulta pueden sumarse y causar a uno o más tipos de cáncer.
Vistazo médico. Baum dice que el riesgo de cáncer debe brindar el máximo argumento para la aplicación de protectores solares a diario, durante todo el año y en toda la piel expuesta al sol.
“Aplíquese protector solar, incluso en el brazo izquierdo aunque no conduzca, porque los rayos ultravioletas penetran tanto las ventanas del automóvil como la piel expuesta, hasta cuando no brilla el sol”.
Edad y sexo. Un estudio de Mayo Clinic encontró algunos detalles del período 2000 y 2010:
— El diagnóstico del carcinoma de células escamosas aumentó 263% y el de carcinoma de células basales 145%.
— Las mujeres de 30 a 49 años presentaron el mayor aumento en los diagnósticos de carcinoma de células basales.
—Las mujeres de 40 a 59 años y de 70 a 79 años presentaron el mayor aumento en el carcinoma de células escamosas. Lo mismo que los hombres.
