En tiempos en que para mucha gente los horarios de comida son cortos y hay que alimentarse como sea, vale la pena pensar en que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) pueden afectar a cualquier persona sin importar sexo o condición social.
Estos fenómenos tienen origen diverso y hay muchos factores relacionados con su desarrollo, más allá de tener o no dinero, opina la psiquiatra Griselda Galván.
Menú del mal. La Academia de Trastornos Alimentarios de Estados Unidos señala que los TCA no distinguen variedad de pesos y tallas.
“Los trastornos de la conducta alimentaria afectan principalmente a mujeres de cualquier edad, raza y nivel socioeconómico”, explica.
Hay que anotar que en un inicio la anorexia y la bulimia “se relacionaban con personas con alto poder adquisitivo, recientes investigaciones han dejado esa creencia obsoleta”.
La psiquiatra del hospital Torre Médica Infinity pone en claro que anorexia y bulimia tienen que ver con factores socioculturales, estándares de belleza, genética, crianza, insatisfacción con la figura física y características de cada persona.
En el caso del Trastorno por Atracón (TA), la víctima debe poner atención en su forma de comer porque 30% de las personas que padecen sobrepeso u obesidad podrían estar en sus redes sin saberlo.
Víctimas del atracón. Los cautivos de TA suelen darse atracones recurrentes, ingieren gran cantidad de alimentos, en un tiempo corto y con una sensación de falta de control sobre lo que se come.
Para un diagnóstico oportuno, la persona debe observar si está comiendo más rápido o si al terminar de comer se siente desagradablemente lleno, avergonzado o deprimido.
Los TCA (incluyendo el TA), pueden ser asociados con serias complicaciones médicas, algunos incluso pueden comprometer significativamente cada sistema orgánico del cuerpo, incluyendo el cardiovascular, gastrointestinal, endocrinológico, dermatológico, hematológico, esquelético y sistema nervioso central.