La vuelta a los salones de clases es toda una aventura, pero no siempre feliz para algunos niños. El Centro de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI) alerta sobre que hay menores que tienen cuadros de ansiedad y otros síntomas al retornar a la escuela.
Los especialistas del Centro cuentan que han atendido a niños con insomnio y algunos con síntomas de depresión, causado por el temor de volver a la escuela.
Los detalles importan. La directora del CEPI, doctora Claudia Sotelo Arias, explica que “después de estar un mes con su familia, el hecho de separarse siempre provocará algún grado de ansiedad y temor”.
El problema aparece cuando los niños padecen los síntomas de forma aguda y constante durante más de 15 días, entonces es indispensable averiguar qué hay detrás del miedo de ir a la escuela.
Puntos clave. El trabajo de Centro ha dejado en claro que hay tres cuestiones relevantes en este campo:
1. Bullying. Si ha existido acoso escolar constante o si el niño no se siente integrado desde el aspecto social a su colegio. Esto se presenta en 50% de los casos.
Posible solución: Hablar con el niño y si los padres detectan bullying o desintegración tendrán que establecer una estrategia conjunta con el colegio. Es recomendable que el niño acuda a terapia psicológica.
2. Sobreprotección. Los niños no han aprendido a tener autonomía y cuando llega el día de ir a la escuela hacen berrinches y se tornan ingobernables, porque existe un miedo irracional a la separación de sus padres. Esto sucede en el 30% de los casos (principalmente en edad de preescolar y los primeros dos años de educación primaria).
Posible solución: Los papás tienen que mostrarle a sus hijos las bondades que brinda la escuela. Nunca es bueno amenazar. Es indispensable regular hábitos.
3. Por problemas de aprendizaje. Cuando se ven frustrados constantemente porque su aprovechamiento escolar no es bueno. Sienten frustración, depresión y verán minada su autoestima. Esta causa se presenta en el 20%.
Posible Solución. No todas las escuelas son para todos los niños. Un pequeño que tiene problemas de aprendizaje no necesariamente tiene coeficiente intelectual bajo; puede ser problema emocional.