“Soy una persona que se levanta, se cae, se encuentra y desencuentra un millón de veces. En algún momento de mi vida me sentí una fracasada”, confesó la cantante.

Afirmó que en 2018 empezó a tener una crisis existencial, “me ausenté de la vida. Me sentía como me dijo un psicólogo: ‘Fuiste una cantante de ‘mood’, ay, da gracias, es normal, no eres tan buena’”.
Ese año, señaló Guerrero, fue crucial en su vida y se refugió en su tierra natal, en Los Mochis, Sinaloa. Ahí, intentó procesar el dolor. La pérdida de su padre, la pandemia del Covid-19 y enfrentarse a un tumor de casi dos kilos por el que debió someterse a una intervención quirúrgica.
“Sentía que había fracasado, que había sido una cantante de moda, que me había equivocado en mi vocación. Renuncié a la vida por 4 años: era el Covid, mi papá murió… fue algo muy fuerte. Me sentía una fracasada”, comentó.

(Fotos: Instagram)
Uno de los momentos clave en su proceso de recuperación fue descubrir un ‘trend’ en TikTok que utilizaba su emblemática canción ‘Rosa pastel’ para expresar las desilusiones de los sueños juveniles frente a la realidad adulta. Este sencillo, que marcó a toda una generación, inspiró uno de los capítulos del libro presentado en la FIL.
“Es increíble ver cómo una canción puede trascender el tiempo y conectar con nuevas generaciones. En 2018, sentía que había fracasado, pero encontrar este vínculo con mi público me recordó por qué amo la música”, concluyó Denisse.







