La semana pasada, Bad Bunny se convirtió en tendencia mundial gracias al lanzamiento de su más reciente material musical. Más allá de su éxito, el proyecto refleja un compromiso genuino con su país. Como parte de esta iniciativa, realizará una treintena de presentaciones en Puerto Rico, generando una importante derrama económica y fortaleciendo su imagen como destino cultural.

El tour de Bad Bunny no solo atraerá turismo, sino que podría posicionar a Puerto Rico como un referente mundial del entretenimiento, similar a Las Vegas. Figuras como Marc Anthony o Ricky Martin podrían tener residencias artísticas en la isla, demostrando que las raíces culturales son clave para una economía próspera.

Además, este esfuerzo beneficiará directamente a cientos de familias locales mediante empleos directos e indirectos. Puerto Rico se perfila como un destino clave para el turismo musical, demostrando que las tradiciones culturales pueden impulsar el desarrollo económico.

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El mensaje de Benito Antonio a la industria musical es claro: el éxito global no está reñido con la retribución a las comunidades. Su estrategia combina emociones, nostalgia y orgullo por los valores familiares, un enfoque que pocos artistas han logrado aterrizar de manera tan efectiva. Su frase implícita, “el que no sirve para servir, no sirve para vivir” resuena profundamente en este contexto.

Artistas como Peso Pluma también han abierto espacios internacionales, pero el impacto de Bad Bunny es incomparable. Su aparición en programas como ‘The Tonight Show Starring Jimmy Fallon’ refuerza que el género musical no limita la posibilidad de alcanzar los grandes escenarios, y su ejemplo debería inspirar a otros artistas, especialmente mexicanos, a valorar más sus raíces.

En países como Chile, se exige que el 30% de la música transmitida en medios sea nacional, promoviendo la cultura local. México podría implementar algo similar para rescatar la mexicanidad, dejando atrás el desdén a lo nacional, que muchas veces domina la actual industria.

Bad Bunny no solo aporta a la economía de Puerto Rico, sino que establece un modelo para otros artistas: triunfar globalmente y fortalecer las raíces locales no solo es posible, sino necesario.

Esta estrategia debería hacernos pensar, tanto a la industria como a los legisladores, en cómo la cultura puede reforzar nuestra identidad; porque, seamos honestos, sólo nos acordamos de ella cuando juega la Selección... Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.

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