OPINIÓN EN... QUIZÁ HABLEMOS DE TI
Ángela Aguilar triunfa en su primer palenque como solista y Pepe Aguilar fracasa como nunca
(Foto: Instagram)
POR GIL BARRERA. Vaya que la Feria de León resultó un termómetro maravilloso para saber por dónde estará enfocado el mundo del entretenimiento este año.
Su espectacular cartel, además de traer a lo más selecto del espectáculo, está dando una lección de humildad a quienes pensaban que seguían en los cuernos de la luna.
Tal es el caso de Pepe Aguilar, que este viernes recibió un balde de agua fría cuando, al salir al redondel del palenque, se dio cuenta de que no causó el interés deseado, metiendo poco menos de la mitad del aforo del lugar que reúne a uno de los públicos más exigentes del país.
Y no culpo a Pepe; él, como muchos otros artistas, están en un momento crucial en el que es evidente el cambio generacional y nada se puede hacer contra él. Sin embargo, enfocar todo el esfuerzo en sus redes sociales y sujetarse sólo a “algunos medios” le está cobrando la factura.
Esa plaza era un lugar de éxito para Pepe, hace dos años estaba repleta y, en esta ocasión, aunque pudiera culparse a la pandemia, no fue así.
Por ejemplo, una noche antes, el rapero guanajuatense Santa Fe Klan congregó a más de 20 mil espectadores en el teatro del pueblo del recinto; otros casos de éxito fueron Julión Álvarez y Carlos Rivera.
Paradójicamente, el recital de Ángela Aguilar —que por cierto fue espectacular— tuvo más gente que la convocada por Pepe.
Y ¿por qué son exitosos estos artistas? Sencillo, porque siguen chambeando, buscando y generando experiencia con su público.
Ver un palenque medio vacío con una estrella como Pepe Aguilar es un golpazo a la industria y un aviso para que el gigante de la música mexicana prenda alarmas para reencontrarse con ese público que por años lo veneró.
Obliga a revisar los errores y dejar de manejar su carrera con cerrazón, como lo ha venido haciendo en los últimos años.
Sí, quizá puso todos los huevos en la canasta del ‘Jaripeo sin fronteras’, pero eso no justifica el olvido y la soberbia con la que Pepe y su equipo maneja sus decisiones mediáticas, que lejos de hacerle un bien, sencillamente lo están saboteando.
No lo merece él, ni el apellido Aguilar, ojalá y haga algo.
Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti.