La abrupta salida de Poza, más impulsiva que planificada, quedó patente en su mensaje de despedida y su enfática frase: “dense siempre su lugar”, que reflejó su inconformidad ante la decisión de cesar sus transmisiones en televisión y concentrarse solo en radio.
En esa misma semana, se anunció otra baja significativa y atípica: Óscar Mario Beteta, rostro matutino de la emisora por años, cerró su ciclo en Fórmula para iniciar uno nuevo en otra emisora radial.
Cabe destacar que, pese a los drásticos cambios en Fórmula, paradójicamente sobresale su apertura.
Las despedidas de ambos líderes se mantuvieron en una línea de agradecimiento hacia la familia Azcárraga, aprovechando el momento, incluso, para expresar sutilmente su inconformidad con las decisiones, en un ejercicio de libertad de expresión mesurado y respetuoso pocas veces visto.
Y destaca en enfoque, pues bajo la gestión de Jaime Azcárraga, presidente del grupo, se respetó lo dicho por los comunicadores, y más en una época donde en otros lugares ni siquiera permiten despedidas internas.
Aunque, aparentemente, la apertura sólo fue en el discurso de los comentaristas, pues comentan que en donde sí hubo tensión fue en la cabina de la querida Maxine Woodside, quien, al intentar adelantar la exclusiva sobre el sucesor de Poza, representantes de la dirección amenazaron con cerrarle el micrófono si continuaba discutiendo los cambios.
Verdadera o no, esta leyenda urbana no detiene la incesante transformación de Grupo Fórmula. Y aunque parezca que este es el último gran cambio, el grupo se mantiene atento al mercado, decidido a mantenerse como uno de los conglomerados multimedia más respetados del país.
Fórmula busca rejuvenecer su audiencia, dejando en segundo plano ciertas tradiciones. Su objetivo es claro: captar nuevas audiencias y forjar nuevos líderes de opinión, fiel a la premisa con la que nació en 1968. Nos leemos la próxima semana, aquí dónde quizá hablemos de ti.