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En "Tu Muñeca" está uno de los ejemplos más explícitos de subordinación femenina. La letra incluye frases como "Yo soy tu muñeca que hace todo lo que tú quieras" y "Sin ti yo no respiro, sin ti yo no camino”, líneas que presentan a la mujer como un ser dependiente, sin autonomía, cuya existencia está completamente supeditada a la figura masculina.

"Heridas" presenta otro patrón común en la música romántica de la época: la mujer que perdona infidelidades y maltrato emocional. La frase "Y aunque me hayas destrozado, te perdono una y mil veces" refleja la normalización del sufrimiento femenino como parte del amor romántico.
En "Aún Lo Amo" vive la idealización del amor a pesar del daño, con líneas como "Y aunque me haga tanto daño, aún lo amo”, narrativa que refuerza el estereotipo de que el amor verdadero requiere sacrificio y sufrimiento, especialmente por parte de la mujer.
Su clásico “Déjame Volver Contigo" contiene frases como "Sin ti no soy nada" y "Perdóname por favor, te lo pido de rodillas", que representan a la mujer en una posición de súplica y autodegradación por amor, reforzando la idea de que la validación femenina depende de la aceptación masculina.

(Fotos: X)
Sus canciones, escritas mayoritariamente por compositores masculinos, presentaban una visión del amor romántico que hoy podríamos considerar problemática desde una perspectiva de género, pero que en su momento era ampliamente aceptada y hasta celebrada como el ideal romántico.
El contexto social de los años 80 en México, como en muchos otros países, estaba marcado por visiones más tradicionales sobre los roles de género, y esto se reflejaba en la música que han vendido millones de discos y que, hoy, ponen a Dulce en un lugar de privilegio en la cultura musical en español.
Descanse en paz.