Carín León, por ejemplo, estuvo este fin de semana y logró un lleno total, marcando un hito para un artista emergente que, con pocos años de carrera, ha congregado a miles, principalmente mujeres, para celebrar su ascenso.
Sin embargo, el talento en el escenario no lo es todo, requiere un equipo que lo arrope y eso justamente es lo que no tiene el de Sonora. A él lo rodea la arrogancia y el enfoque servil.
Hoy más que nunca, Carín debe apreciar el rol de los medios en la construcción de confianza y credibilidad, eso es lo que forma a una estrella.
La falta de una estrategia de comunicación efectiva podría relegar su carrera a la mediocridad, pese a haber llenado la Plaza México y a que los empresarios le valoren en siete millones de pesos por presentación.
(Fotos: Instagram)
Es hoy cuando necesita complementos que le ayuden estar cerca de todos (prensa, radio y televisión sin límites). Generar complicidades que le cuiden hasta el más mínimo detalle, desde su vida personal hasta el rumor constante de su limitada creatividad al componer.
El desafío está en hacer resonar su éxito más allá de la audiencia cautiva, trascender y entonces ahora sí, visualizarse como una estrella. Para ello debe enfocarse en escoger a colaboraciones que, además de arroparlo, sean estratégicas.
Me comentan que las acreditaciones para medios se dieron una hora antes del evento y que por eso muchos decidieron no ir, estos “detallitos” se llevan de calle al artista y por eso, sólo unos cuantos hablaron la presentación.
Detalles como este deben obligar a que el artista haga una reflexión sobre su imagen, revisar todos los detalles, pues el camino que está tomando Carín es justo el que transitan los artistas del montón, por una mala administración.
Nos leemos la próxima semana, aquí donde quizá hablemos de ti.