Manifestó que ésta se llevó a cabo en la residencia que el galán de telenovelas tiene en Acapulco, acompañados por un círculo íntimo que incluía a las hijas de Soto, familiares cercanos y amigos de ambas personalidades.
“Nos casamos el 27 de marzo e hicimos una ceremonia, una boda, una ceremonia espiritual”, expresó Irina.
Lo que causó revuelo e intriga entre los seguidores de ambas luminarias es que la ceremonia al parecer se realizó de una forma totalmente formal, ya que a él se le mira completamente vestido de etiqueta.
Por su parte la estrella rusa lució un vestido blanco, con la clásica cola larga, ceñido al cuerpo, así como el clásico velo de novia.
En el video que se exhibe se ve a Gabriel esperarla con una gran sonrisa, como suelen hacerlo los novios antes de dar el “sí quiero”. Sin embargo, de forma sorprendente, el galán declaró que no hubo una unión, ni siquiera espiritual, pues aseguró que solo se trataba de una sesión de fotos.
Las declaraciones fueron hechas por la estrella de telenovelas al programa ‘Sale el Sol’.
“Hicimos unas fotos en mi casa de Acapulco, pero no fue una boda”, manifestó Soto luego de que Irina revelara las polémicas imágenes en la revista. “Fueron nada más unas fotos donde estábamos vestidos de novios, pero no fue una boda”.
Verdad o mentira, en México las llamadas ‘bodas espirituales’ no tienen ninguna validez legal, porque no hay en ellas ningún documento que certifique la unión de la pareja que realiza la ceremonia, de tal forma, no son un matrimonio real ante la sociedad, ya que solo en el Registro Civil se realiza los trámites para los matrimonios consolidados ante las leyes.