¿Por qué La Feria de San Marcos está apostando por talento internacional como Viña del Mar?

La industria del entretenimiento, si bien lucrativa, enfrenta hoy una complejidad sin precedentes, no por falta de talento o propuestas, sino por los exorbitantes costos de contratación de artistas que, sin querer queriendo, puede ser su propia tumba.

Pues ahora las estrellas de primera línea (cantantes) ya se volvieron todas unas máquinas de hacer dinero y están atrapadas en un ciclo de presentaciones repetitivas, sin innovación ni aportes significativos al sector.

Evento durante La Feria de San Marcos (Foto: Instagram)

Esta situación se ve afectada por las exigencias financieras desmedidas, con tarifas que oscilan entre 800 mil pesos y los 12 millones por evento, lo que pone en riesgo la viabilidad de la industria.

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 Son estrellas que, además de estar encadenados a los likes, trabajan para la captación de repeticiones en Youtube, que les genera otros millones de pesos más y si bien todo ese dinero se distribuye entre más gente, se enfocan en hacer canciones como si fuera una ‘tortillería’, dejando a un lado el interés en sus audiencias, medios y espectáculos, por sólo privilegiar el billete.

 Hoy día, la mayoría de las estrellas de los conciertos siguen una ruta de codicia, impulsada por sus propios representantes, que buscan maximizar ganancias a cualquier costo, algunos incluso ofreciendo estrategias para ‘comerse’ los impuestos, lo que no contribuye al desarrollo económico, ni a la generación de empleo en el país.

Los elevados costos no solo cubren el caché del artista, sino también ‘necesidades técnicas’ que raramente se traducen en mejoras palpables en las presentaciones y que solo son otro pretexto para exprimir al empresario.

Esta realidad ha llevado a algunos organizadores de eventos a optar por artistas internacionales, buscando ofrecer alternativas frescas al público mexicano, cansado de la oferta local repetitiva y costosa.

Orillados por los excesos, hay modelos de negocios como La Feria de San Marcos que, desde hace algunos años, se destaca por invertir en talento internacional, posicionándose como un referente en la industria, similar a una Viña del Mar, de México. Este enfoque no solo diversifica la oferta, sino que también plantea un desafío para la industria nacional: generar y promover nuevo talento.

Carlos Rivera durante el Festival de Viña del Mar en 2019 (Foto: Instagram)

Los artistas deben tomar conciencia de que el éxito traiciona y aunque le llene el bolsillo, puede ser efímero. La sustentabilidad a largo plazo de la industria del entretenimiento depende de un equilibrio entre el éxito económico de los artistas y su aporte cultural y creativo.

Estas estrellas deben tener claro que su presente no solo radica en la necesidad de tener una vida financiera plena, sino también en fomentar un entorno donde el talento nuevo pueda florecer y diversificar la escena artística, asegurando el futuro de nuestros artistas musicales en México. Nos leemos la próxima semana, aquí donde quizá hablemos de ti.