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La verdad es que para cuando los dos músicos de Metallica tocan ese éxito norteño, ya tienen a toda la gente a sus pies después de una buena dosis de rock duro y contundente con 'Creeping Death', 'Harvester of Sorrow,' y 'Leper Messiah', los temas de apertura para este viernes sin lluvia por la noche.
Pocos minutos después de las 9 de la noche, y luego de la participación de los teloneros Mammoth WVH y Greta Van Fleet, las luces del Estadio GNP se apagaron y ante el griterío de 65 mil gargantas sonó la pista de 'It’s a Long Way to the Top (If You Wanna Rock ’n’ Roll)' de AC/DC.
La locura en el estadio continuó con el tema 'The Ecstasy of Gold' de Ennio Morricone, con imágenes en las pantallas de la película 'El bueno, el malo y el feo', que sirvieron para que aparecieran en escena James Hetfield, Lars Ulrich y los mencionados Kirk Hammet y Robert Trujillo.

Foto: (Cortesía)
Después de tocar algunas piezas como '72 Seasons', que da nombre al disco más reciente del grupo radicado en San Francisco, California, llegó ese chispazo de los 'Tijuas' para continuar con piezas como 'The Day That Never Comes, 'Shadows Follow', 'Orion' hasta llegar al himno baladezco 'Nothing Else Matters', en el que el estadio se encendió con las luces de los celulares.
A partir de ese momento, llegaron puros bombazos de Metallica, quienes dividieron el concierto en cuatro bloques, misma cantidad de baterías que salían de debajo de la tarima a lo largo del concierto en diferentes puntos del escenario circular con un pit en el centro para algunos cientos de fanáticos aguerridos que tuvieron a sus estrellas al alcance de sus manos.
Llegó la parte final con los hits 'Sad but True', 'Fight Fire With Fire', 'Fuel', 'Seek & Destroy' y 'Master of Puppets', que llevaron al límite a los fanáticos, que no perdieron el impulso para formar algunos círculos de slam en la pista general, con los sonidos poderosísimos de Metallica.
Al Estadio GNP se le instaló una grada temporal, que hizo más acogedor el show, y que permitió que desde cualquier punto del recinto se pudiera apreciar a plenitud a los miembros del Salón de la Fama del Rock, que se despidieron de su público lanzando plumillas, entre fuegos artificiales que dieron el cerrojazo a una noche en verdad inolvidable para los amantes del heavy metal.