Pleito innecesario entre Pepillo Origel y Shanik Berman estaría evidenciando otras cositas

Hace unos días se dio a conocer una entrevista que Matilde Obregón le hizo a Juan José Origel, en la que el comunicador expresaba cuál era su situación sentimental. La charla trascendió y fue tema de conversación en el programa de Shanik Berman, quien afirmó que estaba muy contenta de que ‘Pepillo’ tuviera una relación.

 En la precisión de la nota, Shanik le atribuyó género a la relación del comunicador, lo que sacó de sus cabales a ‘Pepillo’, quien, sin más, envió una amenaza a la comunicadora, asegurando que jamás dejaría que “se aplastara" en su programa de televisión ‘Con permiso’.

La actitud iracunda de Origel, más allá de la molestia que tuvo al ser evidenciado por Shanik, sacó a la luz su intolerancia. Primero, frente a un comentario que bien se pudo haber aclarado en privado, y después, reflejó una conducta machista innecesaria de un comunicador que parece que no aprendió una lección.

Hace seis años, Juan José fue demandado por Flor Rubio por proferir en privado comentarios machistas y agresivos contra la conductora. Ante lo cual, Rubio tomó medidas jurídicas, pues su imagen como mamá y mujer fue lacerada sin piedad. La demanda terminó en contra de Juan José.

En aquel entonces, en este mismo espacio, comenté que tomar medidas legales entre periodistas denotaba la falta de unidad en el gremio y que era, quizás, violencia innecesaria. Poco más de un lustro después de estos acontecimientos, rectifico mi postura y comprendo la molestia de Flor, pues nada justifica un acto de violencia sea donde sea y hay cosas que duelen más, por el fondo que por su forma.

Y Pepillo con ese comentario está cayendo en esa burda tendencia en la que los programas de “chismes”, con el objetivo de “entretener”, optan por utilizar un enfoque sensacionalista sin importar que el predecible final de la historia sea una triste debacle.

Admiro a ‘Pepillo’ Origel, respeto su carrera (ha sido un buen comunicador) creó un estilo y sé que es una buena persona.

Sin embargo, estas explosiones de ira no le benefician ni a él ni a su audiencia. Su arrebato no se trata de un chisme; aborda un tema más profundo cuyas consecuencias ya las vivió hace seis años.

“Su defensa” no solo lastima a una mujer, también está fuera de lugar; especialmente por la frustrante época en la que la violencia de género que atravesamos.

Con ese lado generoso que tiene ‘Pepillo’ debe reconocer que expresarse de esta manera fue un error y que nadie se puede escapar de resbalar, pues todos seguimos aprendiendo. Nos leemos la próxima vez aquí, donde tal vez hablemos de ti.