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“Una vez me invitaron a un programa de televisión, donde me dijeron si podía analizar unas firmas de unos artistas y creo que mi respuesta no les gustó, porque ya no me volvieron a invitar”, indicó Naranjo.
Ella, de acuerdo con su ética puntualizó que las rúbricas utilizadas para el público no son una representación fiel de la personalidad de una persona, ya que diferencia de las firmas legales, que reflejan la verdadera psique de un individuo, los autógrafos públicos son cuidadosamente diseñados para proyectar una imagen específica ante el público.
“Mi respuesta fue: ‘si tú me traes la rúbrica legal de este actor, yo te puedo hacer un perfil, pero si tú quieres que yo haga la rúbrica de un personaje, ese personaje no existe’", indicó contundente.
La oportunidad de dar a conocer su imagen fue tentadora, sin embargo, al final antepuso su profesión.
“La firma legal es la analizable, no la del personaje que estás creando… Entonces, me dijeron muchas gracias e invitaron a otra persona que sí estaba dispuesta a caer en este show”, puntualizó Vilma.