Alves acudió al encuentro con varios de sus amigos y llamó la atención al vestir la camiseta de la escuadra argentina, para la que nunca ha jugado.
En un principio, el futbolista fue tratado como uno más en el terreno de juego, sin embargo, al paso de los minutos los presentes lo notaron y al final del juego le pidieron una foto.
Esta no es la primera vez que Alves juega fútbol después de su detención, pues en la prisión de Brians 2, llegó a disputar varios partidos con los reclusos.
Dani pasó 14 meses privado de su libertad, misma que retomó al cubrir una fianza de un millón de euros, luego de ser condenado a cuatro años y medio de prisión por violar a una joven en el baño de la discoteca Sutton.







