El ciclo de la vida en la carrera de un futbolista es: debutar, consolidarse, retirarse y ser director técnico. 

Pero ahora hay quienes se han saltado varios pasos. 

Hoy, ya no es una regla escrita, el que para ser entrenador hay que ser futbolista.

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En México, un tercio de los directores técnicos que tienen a su cargo a equipos de la Liga MX, no jugaron, no estuvieron en primera. 

El mismo técnico campeón, André Jardine, del América, no tocó una pelota en una cancha de Brasil. 

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Foto: (Instagram)

Gustavo Leal, entrenador del San Luis, aunque lo intentó, no llegó a debutar. Renato Paiva, técnico del Toluca, se inició como cazatalentos del Benfica. 

Beñat San José, del Atlas, se dedicó a preparar a promesas en España; Martín Anselmi, de Cruz Azul, no le interesó llegar más allá de la cantera y Eduardo Fentanes ni siquiera intentó ser futbolista. 

Para José Luis Sánchez Solá, ‘Chelís’, quien dirigió varios equipos en la Liga MX sin haber debutado en primera, todo se reduce a un solo término: “preparación”, porque está seguro “que el técnico que no jugó, está más capacitado que quien estuvo en la cancha, porque este se preparó en vida”.

 Y el futbolista... ¿respeta al técnico que no jugó?: “El futbolista se vuelve cada vez más preguntón, pero si tienes la respuesta a su inquietud, lo convences”

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