Hola, mis amores, espero que estén disfrutando de sus regalos, las visitas de aquellos familiares o amigos que estaban lejos y todo el amor que recibieron en estos días navideños.
Creo que no nos hace daño un día al año dejar de lado nuestras diferencias y hacer un gran esfuerzo por estar en la misma habitación con esas personas que no toleramos mucho. Además yo debo admitir que me encantan los pretextos para celebrar, comer rico y estar unida con quienes amo.
No sólo Navidad, también un domingo al mes para cocinar juntos y estar en compañía de quienes adoro. Tal vez si es solo una fecha más, pero nosotros podemos darle el peso que queramos que tenga.
Bueno, aquí va un regalo de Navidad, muy erótico, para todos ustedes y con lujo de detalles: Imagina que estás dormido después de la fiesta de Navidad, con toda esa comida, calientito en tu cama, y de pronto sientes cómo alguien te toca la cabeza, comienza a acariciarte, te asustas al principio, abres los ojos y me miras a a mí ahí parada junto a tu cama, con una bata afelpada para no tener frío, te sonrío y comienzo a besarte.
Ya encarrerados, me subo en ti, sobre tus cobijas y comienzo a lamer tu oreja, diciéndote al oído cosas bien cachondas. Mientras comienzo a abrirme la bata, notas que no tengo nada debajo, tu cara está roja por la emoción, el gusto y la lujuria.
De pronto, se enciende tu radio y suena música sensual, comienzo a bailar justo arriba de ti, me pongo de pie con las piernas abiertas sobre tu centro, muevo la cadera y te dejo ver un poco debajo de mi bata abrochada a medias, pongo mi pie justo en tu frente y así poco a poco comienzo a bajar, hasta quedar sentada en tu cara con las piernas abiertas, antes de que puedas hacer o decir algo, me levanto rápidamente y me acuesto a tu lado, comienzo a acariciar tu pecho, te beso la mejilla y te abrazo fuerte poniendo mis pechos en tu cara, los lames y besas, te aprieto duro contra mí.
De pronto no logras verme, pero sientes algo subiendo por tus pies, las cobijas se van levantando y sientes como mis manos empiezan a masajear tu paquete, sigo hasta que lo siento bien duro, lo saco para jalarlo con mi mano, sientes mi respiración cerca de tu amigo, le echo un poco de saliva para poder mover mi mano mejor, resbala como si estuviera dentro mío, comienzas a agitarte y aumenta tu respiración, aumento la velocidad y de pronto explotas, terminas justo debajo de las sabanas, salgo de entre tus cobijas y ves mi cara, cerca de mi boca un poco de tu jugo, lo lamo y con mi dedo llevo a mi boca eso que no alcance con la lengua.
Te beso la frente y te digo al oído “Felices fiestas” y de pronto desaparezco. Te das cuenta de que ya ha amanecido, te levantas con los pantalones manchados y en el árbol una cartita que dice “aquí está tu regalo, disfrútalo por una noche”.
Espero que este Fin de Año lo pasen de lo mejor y cumplan con todos sus propósitos. Además de que sigan leyendo su columna favorita: la mía.
¡FELIZ AÑO NUEVO!