Ildefonso nunca imaginó que terminaría tras las rejas. No creció en un entorno violento ni disfuncional; su infancia en la colonia Roma fue relativamente estable. Su impactante historia ha sido visibilizada gracias Penitencia, el podcast de Saskia Niño de Rivera.

Su madre, a quien siempre admiró, padecía osteoporosis, y su padre le brindó una educación privada, cubriendo sus gastos sin problemas. Sin embargo, la pérdida de su madre a los 17 años marcó un punto de inflexión en su vida. Aunque trabajó en limpieza y terminó la preparatoria, poco a poco el dinero comenzó a convertirse en su obsesión.

Su primer contacto con el robo fue en un empleo como vendedor, donde realizaba pequeños hurtos.

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Después, empezó a manejar un taxi y, más tarde, transporte privado, pero esos ingresos no eran suficientes para el estilo de vida que deseaba. Lo aspiracional y el deseo de aparentar lo llevaron a tomar decisiones cada vez más arriesgadas. Se involucró en el robo a bancos, una práctica que, según él, requería observación, paciencia y estrategia.

“Todos creen que las cajeras nos delataban, pero en realidad nosotros seguíamos a las personas todo el día, analizando sus movimientos”, cuenta. Su modus operandi consistía en vigilar bancos, identificar a clientes que retiraban grandes sumas y seguirlos hasta el momento oportuno para despojarlos del dinero. No operaban en la Ciudad de México debido a las cámaras de vigilancia, por lo que viajaban a otros estados para cometer los asaltos.

Durante un tiempo, el plan funcionó. El dinero llegaba rápido y con él, los lujos: autos, ropa de marca, cenas costosas. Su padre comenzó a notar las señales y a sospechar, pero Ildefonso evitaba las confrontaciones. Sin embargo, el dinero mal habido es efímero. Planeó un último golpe, pero antes de llevarlo a cabo, hizo una parada para comer con su grupo. Dos horas después, fueron detenidos.

Lo sentenciaron a 15 años de prisión. Además, tuvo que pagar la cantidad que había robado y un poco más a su víctima. “Valoras hasta lo más mínimo”, dice ahora desde la cárcel. Su banda no corrió con mejor suerte: algunos murieron y otros siguen delinquiendo.

En estos seis años tras las rejas, ha aprendido a reconocer quiénes realmente están para él. Su familia lo sigue visitando, aunque las relaciones han cambiado. Su padre falleció antes de que pudieran resolver las cosas entre ellos. “Yo lo busqué, pero él ya no quería”, confiesa con pesar.

Ha encontrado apoyo en su exnovia y en un viejo amigo. Ella le ha mostrado un amor diferente, incondicional, sin el peso del dinero o la superficialidad. Hoy trabaja en una tienda dentro del penal y dedica su tiempo al ejercicio. Su perspectiva ha cambiado. “El dinero mal habido se disfruta, pero se va rápido”, reflexiona.

Cuando recupere su libertad, sueña con abrir una paletería. Quiere dejar atrás la vida que lo llevó a prisión y encontrar estabilidad en algo propio. Para Ildefonso, el reto ya no es hacerse de dinero rápido, sino construir algo duradero, algo real.

El episodio completo lo podrás escuchar en Penitencia, un podcast de Saskia Niño de Rivera, cofundadora de Reinserta, este martes 28 de enero en todas las plataformas de audio.

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