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En Colombia al igual que en México y en muchas partes del mundo los problemas de seguridad son muchos; sin embargo, aquí hay una historia que resalta sobre las demás, esta es la historia de quien fue Luis Alfredo Garavito.
Como en la mayoría de este tipo de historias, él vivió en una familia donde el padre abusaba de los hijos, su papá tenía un palo que usaba exclusivamente para golpearlo a él, a sus hermanos y a su madre. A muy temprana edad se volvió alcohólico, fue internado en hospitales psiquiátricos y en instituciones de apoyo a alcohólicos. Sin embargo, todo esto no justifica las atrocidades que realizó.
El primer crimen por el que se le detuvo ocurrió cuando él tenía 15 años, ¿la causa? violó a un niño; esto no fue castigado por las autoridades ni en los más mínimo, fue liberado por el hecho de ser menor de edad. Al llegar a casa su papá lo recibió a golpes y lo sacó de la casa. Según sus palabras, su papá le había hecho un favor al sacarlo porque él lo “alquilaba” a un vecino para que hiciera lo que quisiera con él.
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Tras abandonar su casa y quedarse con un familiar cayó aún más en el alcoholismo, en esta nueva casa intentó estar con mujeres, pero jamás lograba concretar una relación con ellas, descubrió que no le gustaban las mujeres, se dio cuenta de que lo que a él le gustaba era ver a niños de entre 8 y 13 años, posterior a esto descubrió que le gustaba olerlos y más si había algún tipo de dolor involucrado.

Hasta este momento solo pasaba eso; sin embargo, llegó a un punto donde necesitaba más. Privó de la libertad a un niño de la calle, el pequeño quedó inconsciente y él decía: “Algo falta”. Decidió darle a oler alcohol para que despertara, él contó después: “Ver como sus ojos se apagaban… fue mi clímax, ahora sé qué es lo que debo de hacer”. Lo asfixió con sus manos y esta fue su primera víctima asesinada de al menos 172 casos iguales.
En 1999 es capturado por la policía, después de al menos 7 años de tener esa misma rutina, ir a zonas de escasos recursos y ahí llevarse a los niños lejos de casa. Se le acusa de haber asesinado a AL MENOS 172 infantes y únicamente se le condenó durante 40 años, pena máxima de Colombia.
Con el paso del tiempo salieron a la luz más hechos ‘interesantes’ de su caso, Garavito practicaba rituales satánicos con sus víctimas; además utilizaba cuchillas de afeitar para ‘acariciar’ a sus víctimas y verlas sangrar.
Le faltaron 16 años para salir de prisión, un cáncer muy agresivo lo atacó, hizo que perdiera un ojo y este cáncer fue su causa de muerte.

Te compartimos la entrevista completa de la entrevista a Julio Morales, conocedor de la historia: