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(Imagen ilustrativa: Meta AI)
Algunos hermanos piden esos favores a Dios, a través de los santos, haciendo promesas y cumpliendo sus mandas una vez que se reciben los favores divinos.
Dios, como buen pastor, jamás se olvida de sus ovejas, incluso las descarriadas, por lo que te recomiendo pedirle con todo el corazón que te auxilie en todo momento. Recuerda que la vida es el más grande milagro que nos ha regalado.
La Iglesia católica reconoce la existencia de los milagros como aquellos eventos que trascienden las leyes de la naturaleza, escapan a la comprensión humana y dan testimonio del amor de Dios por sus hijos.
Sin embargo, es muy rigurosa y estricta a la hora de reconocer lo que es un milagro y lo que no lo es, ya sean curaciones milagrosas o acontecimientos de redención inesperada.
Después de todo, es de humanos pensar que Dios no puede conceder milagros a todos los que se los piden, debes saber que esto no se debe a que ame más a algunos de sus hijos que a otros.
También debes reconocer que él tiene un plan divino para cada uno de nosotros y en caso de no concedernos ese milagro no es por falta de fe, sino porque así lo quiso.
¡Qué tú fe te salve!
(Imagen ilustrativa: Meta AI)
