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(Imagen: Captura de pantalla X)
Soberana y amadísima madre mía, Reina del Monte Carmelo.
Tú que fuiste dotada con el alma más santa que dios creo, después de la de Jesucristo, y fuiste adornada de todas las virtudes y gracias del espíritu santo.
Tú mi amada virgen, que nos diste a tu querido hijo Jesús para remedio de nuestras almas y alivio de nuestras penas, mírame con benevolencia, tiéndeme tus benditas manos y cúbreme con el manto de tu bondad.
Acudo a ti como hijo atribulado por la necesidad, buscando remedio, consuelo y amparo, buscando el favor de tu poderosa mediación.
Apiádate de mí e intercede para que sea ayudado, compadécete de mis sufrimientos y dolores, de mis penas, tristeza, dificultades y miserias, y no permitas que se alarguen por más tiempo.
Madre te ruego de todo corazón me alcances de su Majestad nuestro Padre Santísimo, las gracias y favores que con toda confianza solicito.
Al final se le solicitará a La Virgen del Carmen el apoyo o favor requerido.
(Imagen: Captura de pantalla X)