SU VALIOSA FORTALEZA
EL GRÁFICO, un diario para el siglo
(Foto: Archivo El Gráfico)
Los aniversarios siempre son motivo de celebración, pero también ofrecen una oportunidad para observar el camino recorrido y otear el horizonte. Esto permite sopesar avances, medir la profundidad de los cambios, pero, quizá más importante, qué permanece. A menudo, lo que queda es el mejor atributo de una institución o una persona.
Al festejar los 100 años de El Gráfico, hacemos un recorrido por acontecimientos que definieron a la sociedad, que sacudieron a las familias, que hicieron llorar a un país.
Pero al mirar lo que en ocasiones queda oculto bajo el peso de los años, encontramos que, en un siglo de marcha, hay necesidades que permanecen, como la de saber qué sucede a nuestro alrededor y conocerlo lo más pronto posible.
Si hoy discutimos sobre lo que acaba de acontecer en otra ciudad, estado o nación, esta mirada, a un siglo, muestra que esa hambre por estar informado tiene raíces profundas.
El Gráfico ha sido compañero, por 100 años, de quienes no esperan por la información.
Nacido en 1922, cuando apenas se aquietaban los polvos de la Revolución que sacudió México en 1910, también a pocos años del primer conflicto mundial, este periódico se concibió con la misión de informar con prontitud a quienes buscaban noticias frescas en lugar de esperar horas para conocer los acontecimientos del país y del mundo.
“Señores, mandar a las calles EL UNIVERSAL GRÁFICO será un éxito inmediato. ¿Se dan cuenta de que no hay competencia? Podemos publicar resúmenes de las informaciones aparecidas en los matinales y todo lo que sucede a las dos de la tarde”, dijo Félix F. Palavicini, fundador de El Universal en el lejano 1922 para explicar la vocación de este diario, que aparecía después del mediodía con la información más actualizada.
Durante los siguientes 80 años, la fórmula se mantuvo: información ágil, aunque de suficiente profundidad para presentar un panorama de los acontecimientos.
Así, por estas páginas, antes que en cualquier otro lugar, pasaron desde gestas históricas, como la expropiación petrolera de 1938, hasta la conmoción provocada por el inicio de la Segunda Guerra Mundial, un año después, y su brutal cerrojazo en 1945. Desde el llanto por la muerte del ídolo Pedro Infante, hasta el júbilo por los triunfos de la Selección Mexicana en los Mundiales de futbol de 1970 y 1986.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes, pero algo no ha cambiado, la necesidad de informarse de manera inmediata. Con los años ha cambiado la manera en que nos comportamos y convivimos, pero la palabra inmediatez sigue presente y tiene la misma connotación de urgencia.
Ante el desarrollo de nuevos dispositivos tecnológicos y la aparición de formatos innovadores, en 2002 El Gráfico se adaptó a los tiempos y mudó su horario de aparición, del mediodía, a la mañana. Al tiempo, modificó su oferta para enfatizar en la información policiaca, de deportes y espectáculos y la respuesta del público le permitió convertirse en referente de la prensa popular. Ya entrado el siglo XXI se distinguió por alcanzar tirajes de 300 mil ejemplares diarios.
Cuando El Gráfico comenzó a circular, en la Ciudad de México vivían 960 mil personas. Hoy, más de ocho millones habitan la capital y se suman 10 millones de habitantes, si se considera a los ciudadanos de los municipios conurbados Atizapán, Coacalco, Chimalhuacán, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tlalnepantla, Valle de Chalco, entre otros.
La Ciudad de México y el país son otros. El Gráfico es otro, pero siempre ha sido el compañero de una sociedad en un siglo de cambios.