ENTREVISTA

El Mexicano, el luchador que saltó de una foto viral a ser una leyenda del ring

El Mexicano, el luchador que saltó de una foto viral a ser una leyenda del ring

(Foto: Rosalío Huízar, El Gráfico)

Historias 11/11/2022 23:23 Gabriel Cruz Actualizada 23:23
 

Arropado en los brazos de su madre enmascarada, un pequeño se alimenta. 

Ella, su protectora, era luchadora, combatía en el ring como La Briosa, y junto a su hijo fue inmortalizada por la lente de la fotógrafa Lourdes Grobet, imagen que se volvió icónica con el paso de los años.

El tiempo también llevó a ese niño a un cuadrilátero. La lucha libre corría por sus venas, pues además de su madre, su abuelo, Sugi Sito, fue una leyenda en el pasado luchístico. 

Mientras que su padre brilló como Halcón 78 en el desaparecido Toreo de Cuatro Caminos.

"Hasta ahora me doy cuenta del impacto que tiene esa fotografía a nivel mundial", dice quien libra su propia batalla como El Mexicano, personaje que también defendió su progenitor. 

En realidad, aquel niño no disfrutaba del todo ser un 'hijo de la lucha libre'. "Era molesto, cuando estaba en la primaria mi mamá perdió la máscara, y cuando iba por mi a la escuela era impresionante cómo la reconocía la gente, era algo que no me gustaba, lamento no haberlo disfrutado como pude hacerlo".

Ahora es un orgullo que presume todo el tiempo. Aunque ser parte de ese mundo mágico de forma activa no fue sencillo. 

"Me tocaron varias giras con mis padres, en vestidores me quedaba con algunos chicos que ahora son luchadores, pero mi papá no me dejaba entrar a esa zona, es algo que siempre ha cuidado. Me puso muchas trabas para ser luchador, yo veía a mis compañeros como Texano Jr., Psycho y La Máscara que ya andaban entrenando. Mi padre me quiso aburrir y no me permitió entrar hasta que acabé una carrera".

Y no se lo recrimina, pues se graduó como abogado y eso le ha ayudado a defenderse de promotores abusivos. "Te espero mañana a las 6 de la mañana en el gimnasio", fue el reto que le lanzó su padre cuando logró entregarle un título universitario. 

"Fue durísimo el primer entrenamiento, al otro día no me podía levantar y me citó media hora antes, pero me aferré".

Casi cuatro años más tarde, el joven que ya luchaba como Pegaso de Acero en funciones pequeñas, tuvo su gran noche en Mérida, Yucatán. 

"Mi padre me entregó una bolsa de plástico y adentro estaban sus botas, mallas y la máscara del Halcón, algo impresionante para dar mi primer paso como luchador. Tenía 22 años", recuerda.

Ya era un luchador en toda la extensión de la palabra, pero las oportunidades no llegaron a la par. Su papá ofreció ayudarlo, pero antes "tenía que picar piedra. 

Él fue programador en la empresa Triple A durante 26 años, y para entrar tuvo que hacer pruebas. "Eso me ha hecho valorar mucho lo que tengo".

Como Halcón 78 Jr. labró su camino en las arenas durante trece años; hace poco más de uno se transformó en El Mexicano. 

"El Halcón era un personaje que me pesaba mucho, era técnico y mi personalidad va más con el estilo rudo de mi madre, me costó conectar con la gente. Ahora estoy más suelto".

Su papá sigue siendo igual de estricto con su trabajo; a su mamá le basta verlo bajar del ring sin lesiones. Ya como luchador independiente, está listo para consolidar su carrera con la promotora Big Lucha, donde arrancó su nueva etapa.

"Quiero posicionarme a corto plazo, no quiero ser una 'llamarada de petate', que esto prenda en el medio. Big Lucha es una promotora que va a ser semillero de empresas, con chicos con mucha hambre de triunfo", sentencia el hombre que pasó de una fotografía a un ring de lucha libre.

Google News - Elgrafico

Comentarios