Con el paso del tiempo, la mayoría de la conmemoración a los santos o fiestas patronales como también se les conoce, se han desvirtuado, principalmente porque los fieles creyentes terminan conviviendo de manera irresponsable, mundana y no centrados en la religiosidad.

Otra causa que aleja la intencionalidad inicial de las conmemoraciones celestiales, es la cuestión material, donde las personas prefieren los regalos, vestir atuendos a la moda y hacer grandes banquetes, pero se alejan de la es esencia.

Un ejemplo de esa situación, es la navidad, donde las personas se preocupan por la convivencia, pero no por el motivo meramente religioso.

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¿Qué es la Navidad?

La Navidad para los creyentes católicos, es la festividad que se realiza año con año para conmemorar el nacimiento de Jesucristo.

El origen etimológico de Navidad, es Natividad, que significa nacimiento (de Jesucristo).

Si bien lo importante de la fecha, es la remembranza de que Dios habitó entre las personas, el hecho de que su espíritu halla trascendido, da a la humanidad el regalo de  un nuevo nacimiento que es de carácter eterno.

Sin embargo, la Navidad no es un hecho simple, para ello, se acompaña la de la fiesta de la Anunciación, el 25 de marzo, fecha en que un ángel se le aparece a la Virgen, para decirle que estaba a la espera del salvador del mundo.

"Alégrate María, llena de gracia…”.

Ella le contestó:

"He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”.

La Navidad en el presente 

En esta vida llena de actos paganos y donde celebramos la Navidad como acción de reunir a la familia, lo mejor es tener fiestas pacíficas, que nos orillen a la santidad como lo mencionan los sacerdotes por orden del Papa Francisco.