Emma Coronel, la mujer que compró el Chapo con una Cheyenne y un Mercedes

Emma Coronel ha pasado un tercio de su vida en un matrimonio en el que su esposo ha estado encarcelado o huyendo.

A penas cumplió sus 18 años, en 2006, sabía que se convertiría en la esposa de Joaquín Guzmán Loera, el mayor narcotraficante de México de las últimas décadas y quien quedó prendido de su belleza adolescente apenas unos meses atrás.

Hija de un lugarteniente del Cártel de Sinaloa, Emma salía con un chico de su rancho, Candelas, Durango, una localidad que se encuentra en esa zona de la sierra norte mexicana que se conoce como “El triángulo de oro”, una región clave para el trasiego de la droga que ha realizado por décadas los Guzmán y sus aliados.

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Pero ella era muy seria, centrada, no tan gustosa de “andar de novia”, según le contó Alfonso López, primo de Emma, a Emily Palmer, reportera policiaca del ‘New York Times’, quien publicó este jueves en la edición estadounidense de la revista ‘Elle’ el perfil “La vida como la esposa de El Chapo. La historia real de Emma Coronel Aispuro”.

El texto, generoso en detalles y testimonios de familiares y amigos de la mujer, es una historia sorora en la que Palmer narra la forma como su origen y circunstancia la arrastraron hasta la cárcel sólo por el hecho de haber sido elegida por Guzmán Loera para ser su esposa.

Palmer conoció a Emma Coronel en los juzgados de Brooklyn, mientras ahí era juzgado y sentenciado Guzmán, en enero de 2019. Interesada más en ella que en su esposo criminal, la periodista estadounidense ha publicado un perfil humano alejado de juicios y, mejor, de prejuicios.

“Emma conocía a Chapo de la misma manera que cualquier adolescente podría ‘conocer’ a alguien famoso. Ella llamó su atención por primera vez cuando los presentaron en un baile, en 2006, y era consciente de su riqueza, su estilo de vida llamativo y abundante, su notoriedad entre los capos de la droga”, narra en su texto Palmer. “El Chapo, quien era acusado de violar a niñas de tan solo 13 años, a quienes llamaba ‘vitaminas’ porque le daban ‘vida’, quería a Emma”.

Según el texto, el Chapo y Emma hablaron durante media hora. Antes de irse, el capo le regaló al padre de Emma una Cheyenne 4x4 y un Mercedes-Benz, que firmó con una vistosa reverencia para Emma. “En las montañas, donde todavía es costumbre que a las familias se les pague por la mano de su hija, Emma se convirtió en ese momento, de repente, en la futura esposa del narcotraficante”.

El 2 de julio de ese 2006, en su cumpleaños 18, se casó con el Chapo, en lo que describió como una ceremonia sencilla en la casa de su infancia, rodeada de familiares y amigos cercanos, con las gallinas cloqueando de fondo.

“Emma llevaba un vestido de novia con diamantes incrustados, el Chapo un traje negro. Durante los siguientes tres días, bandas y fiestas llenaron las calles de Canelas, rodeadas por la guardia, miembros uniformados del cartel que portaban armas automáticas”.