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Comienza con una petición a Dios para que libere al penitente de sus enemigos y los que se levantan contra él, y luego se centra en la oración por la protección y la salvación. El salmo también incluye una invocación a Dios para que despierte y castigue a todas las naciones que se rebelan contra él.
Este salmo puede ser especialmente útil para aquellos que buscan la sobriedad y la liberación de los vicios, ya que se centra en la oración por la protección y la salvación de Dios. Además, el salmo 59 es un ejemplo de cómo la oración y la fe pueden ser herramientas poderosas para superar los vicios y encontrar la liberación.

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¡Dios mío, líbrame de mis enemigos, protégeme de mis agresores; líbrame de los que hacen la maldad, sálvame de los hombres criminales!
Mira cómo acechan a mi vida, cuántos poderosos se juntan contra mí. Señor, en mí no hay crimen ni pecado, pero sin falta mía acuden y se aprestan. Despiértate, ven a mi encuentro y mira.
Señor, Dios Sabaot, Dios de Israel, despiértate, castiga a esos paganos, sé inclemente con todos esos renegados.
Vuelven de tarde, ladran como perros, andan dando vueltas por la ciudad.
A toda boca dicen barbaridades, de sus labios salen como espadas: «¡Escuche Dios, si puede!» ¿Pero tú, Señor, te burlas de ellos, te ríes de esos incrédulos.
Oh tú, mi fuerza, hacia ti miro, pues Dios es mi ciudadela.
Si mi Dios viene a mí en su bondad, me hará ver la pérdida de los que me espían.