MICRÓFONOS DESDE LA CÁRCEL

La triste historia de Genovevo, condenado a prisión por matar al violador de su hermana

Él no se arrepiente de lo que hizo, pero reconoce el peso de sus acciones

La triste historia de Genovevo, condenado a prisión por matar al violador de su hermana

(Foto: Especial)

Historias 23/12/2024 10:07 Redacción Actualizada 10:07
 

Genovevo, con 49 años, ha pasado más tiempo entre rejas que en libertad. Condenado por homicidio calificado, su historia es un reflejo de un ciclo de violencia y abandono que lo marcó desde la infancia. Con un padre alcohólico y violento, encontró en las calles un refugio a la temprana edad de 4 años. 

Las drogas se convirtieron en su escape, consumiéndolas desde los 10 años para sobrellevar los fantasmas de su pasado. A pesar de su entorno, demostró un profundo sentido de responsabilidad al asumir la crianza de sus cinco sobrinas, tras la muerte de su hermano.

Sin embargo, la violencia que tanto lo había marcado lo alcanzaría nuevamente con la violación de su hermana de 14 años. Impulsado por la ira y la impotencia, ante la inacción de las autoridades, Genovevo tomó la justicia en sus manos. Se enfrentó al agresor en un tiroteo que culminó con la muerte de este. 

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Este acto, que él justifica como un acto de justicia, lo condenó a 28 años de prisión. Tras las rejas, Genovevo ha buscado la rehabilitación. Se unió a Alcohólicos Anónimos, donde aprendió a “dar gracias en las buenas y en las malas”, y se ha enfrentado a sus propios demonios internos, incluyendo el descubrimiento de su homosexualidad.

A pesar de que considera su orientación sexual como una “enfermedad" y “antibíblica”, ha encontrado en el sexo una forma de escape. 

Su adicción a la pornografía y sus pensamientos “morbosos” sobre una pareja homosexual reflejan su lucha interna por reconciliar sus creencias con su realidad.

Genovevo no se arrepiente de haber matado al violador de su hermana, pero reconoce el peso de sus acciones. 

Ha participado en cursos de tanatología y psicología, buscando comprender su comportamiento y enfrentando sus propias contradicciones. Con la esperanza de la libertad condicional en el horizonte, Genovevo se aferra a la posibilidad de un futuro diferente. 

Sueña con estudiar ingeniería electrónica y construir una vida fuera de la cárcel. Su historia, un crudo recordatorio de las consecuencias de la violencia y el abandono, nos invita a reflexionar sobre la complejidad del ser humano. 

Genovevo, un hombre que ha cometido errores y ha pagado por ellos, merece una segunda oportunidad. 

Su historia nos recuerda que la capacidad de cambio existe en cada individuo, incluso en aquellos que han atravesado las situaciones más adversas.

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