Infancias y adolescencias vulnerables, cada vez más cerca del crimen organizado

Durante 2023 se tienen registrados un total de 1296 niñas y adolescentes, 844 niños y adolescentes desaparecidos o no localizados. Asimismo, se tiene conocimiento de nueve casos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos y localizados sin vida, de acuerdo al Observatorio Nacional de Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niños y Adolescentes por Parte de la Delincuencia Organizada.

Mauricio es un ejemplo de cómo los grupos delincuenciales enganchan a los menores porque son un sector de los más vulnerables de la sociedad cuando son olvidados o desatendidos por sus familias y órganos gubernamentales que deben garantizar su sano crecimiento. 

Él fue un niño muy tímido, se le dificultaba hacer amigos. Tenía una relación cercana con su mamá y hermanos, pero su padre pasaba la mayor parte del tiempo trabajando. A los 15 años se alejó de la escuela y se involucró en actividades ilícitas, incluyendo cruzar inmigrantes a la frontera y tráfico de drogas, para después formar parte de la delincuencia organizada.

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“En el momento uno se deja llevar, como que no se entera que no está bien andar con la maña [delincuencia], de morrillo uno es muy influenciable, por eso también nos agarran [la delincuencia organizada], porque nos manipulan, te dicen: “¿En tu casa no te protegen? Pues nosotros te vamos a proteger aquí”, y te enganchan.”

Mauricio cuenta cómo empezó su experiencia en el mundo de la delincuencia organizada, donde se convirtió en sicario y consecuentemente en comandante del Cártel del Noroeste; realizaba asesinatos y torturas.

“Un día me subieron pa ́ l monte, a la sierra de Salinas Hidalgo, donde me tuvieron como dos meses entrenando para ser parte del Cártel del Noroeste. Tenías que limpiar tu lugar, tu troca [camioneta], limpiarla y dejar todo ordenado, después empezó lo bueno: “¿Saben disparar?”...Después de que nos dieron el arma y terminamos el entrenamiento, me asignaron trabajos de sicario, me mandaban a matar gente y a cobrar venganzas, el pago era de veinticinco a treinta mil pesos quincenales por realizar el trabajo. Para mí, matar personas era como matar animales, siempre decía: “Esto es como si matara a un venado”.

Las armas y la violencia le daban una sensación de poder y emoción, además de dinero. “(...)”Me gustan las armas y todo eso, me hacen sentir una realidad muy chida, se siente chido sentir la sangre calientita.”

Después de un tiempo, Mauricio fue arrestado y decidió alejarse del mundo del crimen organizado.

Está cumpliendo una condena de dos años y medio, y ha aprendido de sus errores, valorando la oportunidad de darle un rumbo diferente a su vida.

“Estoy cumpliendo una medida privativa de la libertad por dos años y medio, ya llevo la mitad. Aquí dentro me enteré que mi carnalito [hermano] siguió los mismos pasos que yo, pero a él me lo mataron en un enfrentamiento. Y no pude hacer nada, éramos los más chicos, yo encerrado y el otro muerto, pobre de mi jefa.”

Esa es la historia de Mauricio y parte de la razón de ser de Reinserta, un agrupación civil que ayuda a gente en problemas con la ley y que pide que de cara al proceso electoral de este año se incluya en la agenda política la protección y el buen desarrollo de los menores.  

La crisis de violencia en México afecta a toda la sociedad, pero es especialmente perjudicial para niñas, niños y adolescentes, quienes constituyen un grupo vulnerable. 

“La violencia generalizada se relaciona estrechamente con uno de los problemas más complejos en términos de seguridad pública: la delincuencia organizada. La lucha contra este fenómeno y todas sus ramificaciones serán un gran reto para México en este 2024, ya que la estructura y coordinación de este tipo de criminalidad proporcionan recursos significativos para llevar a cabo actividades ilícitas y fomentan condiciones que permiten hacerlo en total impunidad”, señala la organización.

El Observatorio Nacional de Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niños y Adolescentes por Parte de la Delincuencia Organizada, a través de su plataforma, refleja que, en Zacatecas, en el año 2023, se registraron 469 presuntas víctimas menores de edad (0-17 años) de sexo masculino y 299 de sexo femenino.

Agregan que la situación revela la complejidad y la impunidad que rodean la violencia del crimen organizado en la región, así como la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades. Las cifras de desapariciones en los estados afectados son alarmantes, representando el 26% del total nacional son menores de más de 113 mil personas desaparecidas, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).

Y son los estados de Guanajuato, Estado de México, Chihuahua, Zacatecas y Jalisco, quienes evidencian la urgencia de acciones concretas para proteger a los menores de edad de la violencia y la participación forzada en actividades del crimen organizado.

Los informes sobre homicidios de niñas, niños y adolescentes en 2021, 2022 y el periodo de enero a agosto de 2023 son igualmente preocupantes, exigiendo una respuesta coordinada y eficaz por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.

La cifra de 30 mil niñas, niños y adolescentes reclutados por el crimen organizado resalta la necesidad de implementar estrategias integrales que aborden las causas subyacentes y brinden alternativas viables para evitar la captación de jóvenes en actividades delictivas.

Por eso piden reafirmar su misión de trabajar incansablemente para proporcionar programas y recursos que contribuyan a la protección y reinserción de niñas, niños y adolescentes afectados por la violencia y la delincuencia organizada y exhortan a todas las autoridades a unir esfuerzos para garantizar un futuro seguro y prometedor para la juventud mexicana.