Hace 16 años, un grupo de amigos egresados de la universidad, soñadores, talentosos en sus respectivos giros y con ganas de emprender se reunían a charlas de café para hablar de proyectos y hacer algo con sus vidas, y decidieron hacer un laboratorio de setas, para emprender un negocio que les diera para vivir.
Entonces, nació Labizet, que en un principio estaba enfocada a hacer micelio (sistema radicular y vegetativo creado por las setas, que se expande en el suelo) para el cultivo de hongos, pero poco a poco se transformó hasta convertirse hoy en una planta deshidratadora de frutas y verduras como mango, nopal, cebolla, jitomate, zanahoria, tomate verde, cúrcuma, jengibre, piña, yuca, pimiento, setas y hasta arroz instantáneo y más.
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Estos son algunos de los productos que ofrece Labizet (Foto: Cortesía de Uriel Puga)
“Empezamos con micelio, el código genético de las setas, con hongos para vender a los productores para que tuvieran sus (propios) hongos, pero al darnos cuenta de que el micelio no se vendía como queríamos, nos dedicamos a hacer hongo y después al deshidratado; al inicio era nopal, y hemos deshidratado muchas cosas en el camino, jitomate, fresa, se fue haciendo la cooperativa y fuimos creciendo ya con deshidratados” comentó Agustín Rodríguez Fernández, director de producción de Labizet.
Pronto se dieron cuenta que, al estar en una zona productora como Tláhuac y Xochimilco, sería difícil vender sus productos, por lo que decidieron transformarlos y deshidratarlos, pero su gran éxito llegó cuando empezaron a exportar a Europa, un lugar donde es difícil encontrar frutos y verduras y también llevarlos hasta allá en su estado natural.
“Era difícil venderle a la gente que lo tiene aquí en la región y es cuando se nos presenta esta disyuntiva de tenernos que acercar a la zona donde no existe el producto, y empezamos a tomar cursos de exportación con Sedeco en ese entonces, y ahí se nos dio un panorama completamente distinto y exportamos a Europa”, compartió Roberto Alcaraz Rodríguez, director general de Labizet.
Además, se dieron cuenta que al exterior se consumen más sus productos que aquí en México. Aquí los ofrecen en tiendas orgánicas y del ISSSTE, donde la gente los asocia como un alimento nutritivo que no pierde su sabor ni riqueza por el proceso deshidratador creado por este grupo de jóvenes emprendedores.
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“Las crisis te van diciendo que tienes que subir el escalón para poder salir de ellas; no hay crisis que no te diga hacia dónde tienes que llevar esa situación”, mencionó Roberto Alcaraz Director Labizet. (Foto: Cortesía de Uriel Puga)
El producto deshidratado lo hidratas, le agregas agua y de 100 gramos se hacen 350, 400 gramos, y ya tienen su forma y sabor; las frutas se hidratan en la boca.