DÍA DE LA NIÑA Y EL NIÑO
Mateo de 11 años desarrolló estos 'poderes' encerrado en su cuarto y en medio de la pandemia
(Foto: Beatriz Jasso, El Gráfico)
Ha pasado más de un año de pandemia y pareciera que la queja general de los más pequeños es “no puedo hacer nada” o “estoy aburrido”.
Es un hecho que a muchos ha afectado, pero hay indicios de que la pandemia puede dejar algo bueno. A algunos, el encierro los ha hecho adaptarse rápidamente, como los adultos no imaginamos, y hay chavitos que verdaderamente han encontrado en su mente la forma de salir a la libertad.
Como Mateo Rocha, de 11 años, quien descubrió que su mundo es dibujar, ser youtuber y editar videos. Si por él fuera, el mundo tendría que ser su casa, su cuarto y un sinfín de herramientas digitales que parece son su esqueleto exógeno, pues no se le separan ni en la cama para dormir.
CLASES DIFÍCILES
Para él, la escuela es algo aburrida y pese a que hoy la desayuna de forma digital, las clases siguen siendo difíciles, más si se habla del análisis sintáctico de quinto año.
“¿Cuando te hagan una entrevista de trabajo te van a preguntar la sintáxis de una oración?, replica exasperado.
Cuando hablamos de confinamiento con Mateo, los ojos y la voz le cambian, “yo estoy muy feliz de estar aquí en mi casa, son mis papás los que quieren salir”, asegura. Así que él está convencido que la vida es dichosa si nos comunicamos por Zoom o pedimos comida a domicilio. Él es un auténtico ejemplo de la generación nacida con el internet y la tecnología integrada totalmente a su vida, todo el tiempo.
Contagiado por los adultos de su casa, ya pasó por el Covid y afortunadamente fue benévolo con él. Pero a Mateo le urge contar de sus intereses más que de pandemia.
Cuenta que pasa toda la mañana y otras horas en la escuela virtual, pero es por las tardes cuando dibuja en una tableta especial y huye de este mundo; deja la realidad y se convierte en el Dios de sus creaciones, mismas que muestra orgulloso.
El encierro fundamentalmente lo ha vuelto más habilidoso en el arte del trazo. Sabe que dibujar en pantalla no es nada fácil y está cierto de que hacerlo a mano una y otra vez es el camino correcto. “Cuando dibujo así me salen todas las ideas”, complementa.
Asegura que también le gusta hablar con sus amigos, pero eso sí por Whatsapp. Lo demás es por la pantalla; los juegos favoritos: Minecraft del que ya es experto y los foros para construir socializando, es decir, busca amigos vía electrónica para generar estructuras virtuales.
Cualquier experto diría que pasa muchas horas dedicado al mundo virtual. Pero ahí, él le ha prendido la mecha a toda su creatividad; gracias a ese mundo se siente pleno pensando, modificando sus dibujos y todavía más, mostrando su arte y sus ideas a través de su canal de YouTube. "Mis dibujos cuentan una historia". Él crea y comparte su propia narrativa, su interior.
Lo que ha vivido Mateo en el confinamiento es un intensivo estímulo a su arte y su narración, en su cabeza un mundo mucho más allá del mero ocio, ha germinado gracias a ese encierro.