PADRES DE MARÍA
¿Qué se sabe de Ana y Joaquín, los supuestos abuelos de Jesús?
Considerados santos por la Iglesia católica
Foto: (X)
Cada 26 de julio se celebra a San Joaquín y Santa Ana, padre y madre de María, abuelos de Jesús.
Esta celebración ha dado paso al Día de los abuelos en diferentes partes del mundo. En términos religiosos, los padres de María y abuelos de Jesús fueron elevados a santos; sin embargo, en cuanto a hallazgos históricos se sabe muy poco sobre quiénes fueron.
Las breves menciones sobre esta pareja, considerados santos por la Iglesia católica, aparecieron mucho después de su época y parecen haber sido escritas más para justificar los mitos para relatar hechos históricos.
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La vida de los padres de María, la madre de Jesús, se encuentra en un evangelio apócrifo conocido como el Protoevangelio de Santiago. Esta fuente biográfica fue escrita mucho tiempo después de la vida de Jesús y, según historiadores, los relatos parecen ser útiles para justificar mitos sobre su existencia. El libro data aproximadamente del año 150 d. C. y en él se afirman valores del cristianismo.
«Santa Ana y San Joaquín aparecen en este texto. No es precisamente una evidencia histórica, pues ya estamos hablando de mucho después de la vida de Jesús. Lo que sabemos sobre ellos es lo que terminó en la tradición. Historias basadas en relatos que circularon desde el comienzo del cristianismo, y muchas de ellas terminaron manteniéndose». Es lo que se puede leer en el texto
Oración a Santa Ana y San Joaquín
Insigne y glorioso patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, ¡cuánto es mi gozo al considerar que fueron escogidos entre todos los santos de Dios para dar cumplimiento divino y enriquecer al mundo con la gran Madre de Dios, María Santísima! Por tan singular privilegio, han llegado a tener la mayor influencia sobre ambos, Madre e Hijo, para conseguirnos las gracias que más necesitamos.
Con gran confianza recurro a su protección poderosa y les encomiendo todas mis necesidades espirituales y materiales y las de mi familia. Especialmente la gracia particular que confío a su solicitud y vivamente deseo obtener por su intercesión.
Como ustedes fueron ejemplo perfecto de vida interior, obténgame el don de la más sincera oración. Que yo nunca ponga mi corazón en los bienes pasajeros de esta vida.
Denme vivo y constante amor a Jesús y a María. Obténganme también una devoción sincera y obediencia a la Santa Iglesia y al Papa que la gobierna para que yo viva y muera con fe, esperanza y perfecta caridad.
Que yo siempre invoque los santos Nombres de Jesús y de María, y así me salve.
Amén