La historia bíblica del Día de los Santos Inocentes

De acuerdo con los evangelios, específicamente el Evangelio de Mateo, capítulo 2, versículos 16-18, la historia de los Santos Inocentes se desarrolla poco después del nacimiento de Jesús en Belén de Judea, durante el reinado de Herodes el Grande.

Los textos narran que unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén siguiendo una estrella, en búsqueda del recién nacido "Rey de los judíos". Esta noticia perturbó a Herodes, quien gobernaba la región bajo el Imperio Romano. Herodes consultó a los sacerdotes y escribas sobre el lugar donde debía nacer el Mesías, y estos le indicaron que las escrituras señalaban a Belén.

Herodes pidió a los magos que, cuando encontraran al niño, regresaran para informarle su ubicación, argumentando que él también deseaba adorarlo. Sin embargo, los magos, advertidos en sueños sobre las verdaderas intenciones de Herodes, regresaron a su tierra por otro camino sin revelar el paradero del niño.

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Al verse burlado por los magos, Herodes ordenó matar a todos los niños varones menores de dos años en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo según la información que había recibido de los magos sobre la aparición de la estrella. Este evento se conoce como la Matanza de los Inocentes.

Según el relato bíblico, José, el padre terrenal de Jesús, también fue advertido en sueños por un ángel sobre el peligro. La familia escapó a Egipto antes de que se ejecutara la orden, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes.

La Iglesia Católica conmemora este acontecimiento el 28 de diciembre, reconociendo a estos niños como los primeros mártires del cristianismo. La tradición los considera santos por haber muerto en lugar de Cristo, aunque no por una confesión consciente de fe.

Este relato representa en la tradición cristiana el primer intento de eliminar a Jesús y simboliza el conflicto entre el poder terrenal y el divino. La narración también cumple la profecía del profeta Jeremías, citada en el mismo evangelio: "En Ramá se oyeron gritos, grandes llantos y lamentos. Es Raquel que llora por sus hijos y no quiere consolarse porque ya no existen".

La historia de los Santos Inocentes forma parte del ciclo de la Navidad en el calendario litúrgico y se mantiene como un recordatorio de las consecuencias del abuso de poder y la importancia de proteger a los más vulnerables.