NI EL COVID PUEDE CON ELLOS
Pandemia no detuvo a los maestros, ellos siguieron formando a los pequeños desde casa
Foto: Archivo El Gráfico
POR: TRISTAN VELÁZQUEZ
ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO.– La maestra Gloria, como le dicen sus alumnos, cumplió con su tiempo de servicio: 30 años impartió clases en tres escuelas de este municipio, sin embargo, salió del retiro para seguir preparando a los que no deja de considerar, las personas del futuro.
Para este Día del Maestro, su mejor regalo es seguir haciendo lo que más le gusta, enseñar y darles esas bases a los niños, no sólo educativas, sino también de la vida.
Ella contó a EL GRÁFICO que desde pequeña jugaba con su muñecas a dar clase y fue entonces que descubrió su vocación.
El camino no fue fácil, pero, así como hubo situaciones malas, también ha tenido la satisfacción de ver resultados.
Ahora con las redes sociales, varios de sus exalumnos que ya ejercen sus profesiones la han contactado para agradecerle por su apoyo y por todo lo que durante sus años de escuela les proporcionó, y eso, aseguró, es algo inigualable.
Para la docente, un maestro no sólo es aquel que se para frente a un pizarrón a dictar palabras o anotar operaciones matemáticas, el maestro es más que eso, se convierte en el psicólogo, en el cocinero, en el confidente, en el juez, en el amigo, incluso en el sacerdote de los pequeños.
Y la labor no termina, desde hace un par de años, al notar la demanda de alumnos, y ya con el retiro, la maestra Gloria invirtió para comprar mesas, sillas y material de aula para seguir ayudando a los niños a que persigan sus sueños.
- ROCÍO TUVO QUE APRENDER A UTILIZAR LA TECNOLOGÍA PARA CONECTARSE CON SUS NIÑOS
POR: LILIANA ESPITIA
NAUCALPAN, ESTADO DE MÉXICO.– A dos años de jubilarse, la maestra Rocío Juárez no imaginó que tendría que aprender de herramientas tecnológicas para dar clases a sus alumnos de kínder durante esta pandemia.
A sus 58 años, los cantos y juegos como métodos de aprendizaje los tenía dominados a la perfección, pero la conexión a distancia y las evaluaciones en línea fueron un gran reto que llegó con el Covid-19.
"A mi edad y por ser maestra de preescolar no ocupaba la computadora casi para nada y de un día a otro tuve que aprender cómo enseñar a través de una pantalla. Fue difícil", comentó la docente en entrevista con EL GRÁFICO.
Ahora, la profesora se convirtió en alumna de su hija Adriana, de 35 años, quien le enseñó cómo abrir cuentas en aplicaciones para poder tener una clase en línea con los pequeños.
"El que sean niños tan chiquitos hizo más complicada la tarea de mantenerlos atentos cuando me vieran en la pantalla. Así que tuve que preparar material que les llamara la atención, como cartulinas muy coloridas", compartió.
A más de un año de pandemia, la "Miss" Rocío cuenta ya con todas las herramientas tecnológicas necesarias para impartir sus sesiones a través de internet a los estudiantes de educación preescolar del Jardín de Niños "María de la Luz" en Naucalpan.
Tanto es la práctica y utilidad que la maestra ahora le ve a la computadora que incluso abrió sus redes sociales para poder "conectar" con sus seres queridos, de quienes tuvo que estar alejada para evitar contagios del virus.
Para la profesora, la tecnología y las clases en línea implementadas en tiempos del coronavirus se merecen una estrellita en la frente, pero no hay hay nada como escuchar a los niños reír y jugar, así que espera que por pronto regresen a los salones del kínder.
-ROSA MARÍA SUFRIÓ TRAS JUBILARSE, AHORA DA REGULARIZACIÓN
POR: CARLOS DE LA FUENTE
CUERNAVACA, MORELOS.— Con 35 años de servicio la maestra Rosa María Vargas García, inició los trámites de su jubilación, y en unos días, se despido de sus alumnos, de su escuela, de sus compañeros y hasta de los padres de familia, que en muchas ocasiones le hicieron la vida imposible con las ideologías que no llegaban a compartir.
Sin embargo, a partir de ese momento, lo que debió ser bonanza y alegría, se convirtió en una pesadilla para la docente jubilada, y es que el hecho de no planear una estrategia nueva de vida y la tristeza que le produjo dejar a sus niños y abandonar de tajo su rutina laboral, le provocó infarto cerebral.
Según los estudios de los especialistas, el accidente cerebrovascular derivó por la tristeza que acumuló al dejar de realizar la actividad que tanto le gustaba. Ahora acude a la casa del maestro jubilado, en donde acuden profes que tuvieron complicaciones de salud tras su retiro.
Para Rosa María, la pandemia sí le trajo un beneficio, y es que le permitió volver a hacer lo que más le gusta, ya que desde hace poco más de un año, da clases de regularización a niños de su colonia, situación que dice, me regreso la vida.
-LILIA TUVO QUE APACIGUAR EL DOLOR DE SUS ALUMNOS POR COVID
POR: Ximena García
TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO.– Durante un año y dos meses, la educación se tuvo que modificar y enfrentar a retos antes solo imaginados; no solo fue el miedo a enfermarse, también a perder a seres queridos y a dejar de ejercer la pasión, al menos así fue para Lilia Ochoa Mejía, maestra de Primero de primaria quien ha tenido que enseñar a leer a y a escribir a distancia.
En un cuarto remodelado como salón de clases, con una computadora, un pintarrón y su habilidad para transmitir el conocimiento, la maestra Lilia ha tenido que vencer todas las barreras. La pandemia significó romper con el espacio y tiempo como jamás imaginó.
De estar al frente de un salón lleno de risas, pupitres y colores, cambió a la frialdad de una computadora, los problemas de conexión y el miedo al coronavirus. Los niños no quedaron fuera de los estragos de la pandemia, por lo que Lilia tuvo que aprender también a encaminar a sus alumnos, porque varios de ellos perdieron a familiares e incluso uno a su madre por la Covid-19.
-ELVIA EN CLASES SE TIENE QUE DIVIDIR EN DOS, ES MAESTRA Y MAMÁ AL MISMO TIEMPO
POR: LIZ GUZMÁN
Elvia Martínez, tiene 25 años, y cuando comenzó la pandemia en México, entre los meses de marzo y abril del 2020, ella también se inició en su profesión como maestra de primaria y además, se estrenaba como madre de su pequeña Paola.
Con las restricciones que la pandemia trajo consigo, el modelo educativo en el país cambió las clases presenciales por la enseñanza en línea, sin embargo, para la maestra de primaria, en un principio las cosas resultaron a su favor, pues así no tendría que apartarse de su pequeña en sus primeros meses de vida, pero con el paso de los días, estar a cargo de su propia hija y preparar las clases cambiaron totalmente su rutina, pues es madre soltera.
Frente a la computadora, Elvia hace algunas pausas para alimentar a su bebé, incluso, ha instalado cerca de su escritorio, una pequeña hamaca para mecer a la pequeña.
Señala que el ser maestra es también como si fuera doble mamá, porque tiene la responsabilidad de estar a cargo de su hija y ver a todos sus alumnos como sus hijos.