AL SERVICIO DE LOS DEMÁS
El legado de San Francisco de Asís: Ecología, humildad y amor por la creación en el siglo XXI
Diversas organizaciones y comunidades religiosas alrededor del mundo han adoptado sus principios
Foto: (X)
San Francisco de Asís, conocido por su profunda conexión con la naturaleza y su espíritu de humildad, dejó un legado que resuena poderosamente en el siglo XXI. En una era marcada por crisis ecológicas y búsqueda de espiritualidad, su ejemplo sigue siendo una fuente de inspiración para muchos.
San Francisco veía a todas las criaturas como hermanos y hermanas, parte de una misma familia creada por Dios. Este enfoque, que hoy llamaríamos "ecológico", se basaba en la creencia de que el respeto a la naturaleza es un acto de amor hacia el Creador. En el siglo XXI, con la creciente preocupación por el cambio climático, su mensaje sigue siendo extremadamente relevante. Los movimientos ecológicos modernos se inspiran en su forma de vida sencilla y su defensa por los seres más vulnerables, incluidos los animales y los elementos naturales.
El Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si', retoma el espíritu de San Francisco de Asís al hablar de una "ecología integral", una visión que une el cuidado de la Tierra con la justicia social. La humildad franciscana, basada en vivir con lo necesario y en armonía con la creación, ofrece una respuesta directa a los excesos del consumismo moderno. Esta enseñanza no solo toca la espiritualidad, sino que invita a cambios concretos en nuestras formas de vida.
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La humildad de San Francisco no era una renuncia pasiva, sino un compromiso activo con el servicio a los demás. En un mundo que premia la ambición y el éxito material, su opción por la simplicidad y el cuidado de los más pobres desafía los valores modernos. La humildad franciscana nos recuerda que el verdadero poder reside en el servicio y en la capacidad de vivir en comunidad.
Diversas organizaciones y comunidades religiosas alrededor del mundo han adoptado los principios de San Francisco de Asís para promover acciones sociales, desde la protección ambiental hasta el servicio a los marginados. En un siglo donde las injusticias sociales y ambientales están entrelazadas, el legado de San Francisco continúa guiando a quienes buscan una sociedad más justa y sostenible.
ORACIÓN A SAN FRANCISCO DE ASÍS
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.