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De acuerdo con las viejas leyendas en la ciudad de Beirut de la actual Líbano, un temible dragón aterrorizaba el lugar, pues éste se habitaba en un cuerpo de agua, al cual la población no podía acceder si no daba en tributo de dos ovejas a la feroz bestia.
Las ovejas se agotaron, por tal a los agobiados pobladores no les quedo opción que ofrecer al azar a un hijo de cada familia para satisfacer el hambre del dragón, la situación se complico cuando la persona escogida para ser entregada como sacrificio al dragón fue la hija del rey.
El rey con tal de salvar a su hija suplico y ofreció gran parte de su fortuna para que la población aceptará no entregar a su hija a las garras del dragón, hecho que de nada sirvió, pues la decisión ya estaba tomada, cuando la joven princesa se dirigía hacía su final San Jorge que recorría el lugar a caballo, le pregunto a la doncella que sucedía, al enterarse del suceso, éste decidió desenfundar su espada y enfrentar a la bestia, derrotándola, salvando la vida de la princesa y ganándose la gratitud del pueblo y el rey.
En relación con esta historia el padre José de Jesús Aguilar Valdés menciona que el dragón representa el mal de la idolatría, la fe del pueblo sería la doncella amenazada, San Jorge es el defensor de la fe y su espada la palabra de Dios.
San Jorge es conocido por ser el santo de los soldados, scouts y caballeros, además aquellos que sufren de enfermedades en la piel también se encomiendan a él.
En la catedral Basílica Menor de Durango se encuentra una escultura de San Jorge, la cual fue mandada a construir en el Siglo XVIII por obispo Don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle. Vale mencionar que San Jorge es el patrono de la ciudad y él los duranguenses le piden protección ante la picadura de los insectos, principalmente los alacranes, tan es así que este santo tiene una oración especial.
“San Jorge Bendito amarra tus animalitos con un cordoncito bendito para que no nos piquen ni a mí ni a mis hermanitos”
(Foto: Facebook)
