ESTE 23 DE OCTUBRE

San Juan de Capistrano: El guerrero y predicador que defendió la fe

Tradicionalmente este 23 de octubre los creyentes católicos celebramos a San Rafael Arcángel, santo patrono de los médicos...

San Juan de Capistrano: El guerrero y predicador que defendió la fe

(Foto: Especiales)

Historias 23/10/2024 07:30 Rosario Paz Actualizada 07:31
 

Tradicionalmente este 23 de octubre los creyentes católicos celebramos a San Rafael Arcángel, santo patrono de los médicos. Sin embargo, me daré la oportunidad de hablarles de un santo que comparte este día con uno de los ángeles principales de Dios, San Juan de Capistrano.

Como su nombre lo indica, Juan nació en Capistrano, una comunidad de Sulmona, Italia, en el año de 1385. Fue un hijo de un caballero del cual no se tiene certeza si fue francés o alemán, que murió cuando era muy joven.

Sus estudios los realizó en la Universidad de Perugia de donde se recibió como abogado y posteriormente se hizo juez. En 1412 fue nombrado gobernador de Perugia por Landislaus rey de Nápoles, quien tenía control de esa ciudad. Su trabajo se destacó por luchar contra la corrupción y el soborno.

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Cuando estalló la guerra entre Perugia y Malatesta en 1416, Juan trató de conseguir la paz, pero fue hecho prisionero de guerra. En la cárcel decidió entregarse a Dios luego de que en un sueño San Francisco lo llamó a entrar en la orden franciscana. Aunque Juan se había casado justo antes de caer preso su matrimonio nunca se consumó y fue declarado anulado.

Al recobrar su libertad, Juan entró a la orden franciscana de Perugia, el 4 octubre de 1416. Tenía 30 años por lo que el maestro de novicios lo puso a prueba dándole los más humildes oficios.

Dotado con un gran don para predicar, incluso lo hizo ante una multitud de unas 126 mil personas. Comparado con Juan Bautista, le traían enfermos para que los curara en nombre de Jesús, además de que le llevaban objetos relacionados con la superstición y ocultismo y las quemaban en hogueras públicas. Fue acusado de herejía junto a otros compañeros franciscanos a los que defendió con éxito en una audiencia pública.

Por su gran honorabilidad y sabiduría los Pontífices Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III lo nombraron embajador para misiones diplomáticas muy delicadas obteniendo muy buenos resultados. Tres veces le ofrecieron nombrarlo obispo de importantes ciudades, pero prefirió seguir siendo un pobre predicador. Fue nuncio apostólico en Austria donde predicó extensivamente y combatió la herejía de los husitas.

Durante la invasión de Mahoma II a Europa, en 1454, Juan Capistrano participó en la dieta de Frankfort y se dispuso a preparar la defensa de Hungría, lugar donde predicó una cruzada en defensa de la cristiandad. Tenía 70 años cuando el Papa Calixto II lo comisionó para dirigirla.

Durante la batalla de Belgrado, los musulmanes contaban con superioridad numérica y de armas por lo que los cristianos pensaban retirarse. Por lo que Juan de Capistrano convenció a Hunyady, líder del ejército cristiano a que atacara la flota turca a pesar de ser mucho más numerosa.

De acuerdo con los relatos de la época, Juan los animó llevando en sus manos una bandera con la cruz y gritando: "Jesús, Jesús, Jesús". Así recorrió todos los batallones gritando entusiasmado: "Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión". Fue celebre al utilizar en batalla la oración, la penitencia y la predicación.

Los musulmanes fueron vencidos en la batalla de Belgrado entre el  21 y 22 de julio de 1456, por lo que tuvieron que retirarse de la región.

Los cadáveres de los valientes soldados causaron una epidemia de tifo de la que Juan, débil y anciano, se contagió, al igual que el general Hunyady. El hombre de Dios falleció en Villach, Hungría, el 23 de octubre.

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