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(Foto ilustrativa: Meta AI)
San Ramón Nonato nació alrededor del año 1204 en Portell, un pequeño pueblo en la provincia de Lérida, Cataluña, España. Su madre experimentó complicaciones graves durante el embarazo y falleció antes de poder dar a luz.
En aquella época, la muerte de una mujer embarazada generalmente significaba también la muerte del bebé no nacido.
Pero en el caso de la madre de Ramón, fue el Vizconde de Cardona, un noble local, quien tomó la decisión de intentar salvar al bebé. Ordenó que se realizara una cesárea post-mortem en el cuerpo de la madre.
Contra todo pronóstico, el bebé fue extraído con vida del vientre de su madre muerta.
Algunas versiones de la historia cuentan que, al no tener madre que lo amamantara, fue una cabra la que lo alimentó en sus primeros días.
Su supervivencia en circunstancias tan adversas fue vista como un milagro y un signo de que estaba destinado a una vida especial al servicio de Dios.

(Foto ilustrativa: Meta AI)
Debido a esta experiencia personal, se le considera especialmente sensible a las dificultades del embarazo y el parto. Los fieles suelen rezarle pidiendo su intercesión para:
Oh glorioso San Ramón Nonato, a quien Dios escogió para ser abogado de las madres y protector de los niños que van a nacer; a ti acudimos llenos de confianza para implorar tu valiosa intercesión.
Te suplicamos que protejas a todas las madres gestantes, especialmente a aquellas que atraviesan dificultades o peligros en su embarazo. Aléjalas de todo mal y peligro, y concédeles un feliz alumbramiento.
Vela también por los niños que están por nacer, para que vengan a este mundo sanos y salvos, y puedan cumplir la misión que Dios les tiene reservada.
San Ramón Nonato, ruega por nosotros y por todas las madres y sus hijos. Amén.