¿Se nace o se hace un delincuente? La historia de “El Taver” sorprende a Saskia Niño de Rivera

El ‘Taver’ cumple una condena de 27 años por un homicidio y su historia tiene un hilo conductor que en nuestro país se repite en muchas colonias y barrios populares: nacer en una familia que ha normalizado el crimen garantiza tener una carrera como delincuente.

Es un proceso natural, si el padre, los tíos y tías, hermanos, primos y hasta sobrinos roban, asaltan y venden drogas, ¿por qué sería malo que él también lo hiciera?

“Mi papá era de Tepito, mi mamá tranquila, pero mis tíos lecumberrianos, unos ya habían estado en la Penitenciaría, otros en el Oriente, toda la familia vendiendo vicio y a nosotros se nos hacía normal ver a la gente como comprando dulces, y así te pones a vender, para que saques, para que lleves a tu chava a comer”, le cuenta ‘El Taver’ a Saskia Niño de Rivera en el nuevo episodio del pódcast Penitencia. 

Así como robar, la cárcel era un paso natural, inevitable, pero que a él le salvó la vida. Su primera vez recluido fue por hacer lo que hacían todos sus amigos en el barrio: robar.

Cuando morro, estaba de moda salir y robar cualquier cosa para demostrar que se es raterillo o traer el arma o sentirte superior a los demás “desgraciadamente nos tocó vivir en un mundo en el que se ve normal (delinquir) de una u otra forma”.

Después, cometió delitos más graves, pero ahora por necesidad al no tener un empleo. “Teníamos que comer y yo veía la tristeza de mis hermanos más chiquitos. Ahí fue cuando dije ‘me tengo que salir a rifar’, porque de que lo haga otro chavo que se pare en mi esquina y que se ponga a vender vicio o que se pongan a talonear, mejor lo hago yo’. No tanto porque yo me sintiera ‘aquel’ o nada más ir a quitarles por maldoso, fue porque hubo la necesidad , no porque yo me atreviera a hacerlo, así por mis agallas o por mostrar cosas que no”, dice.

La vida de ‘El Taver’ muestra que, si bien no hay una fórmula para ser delincuente, hay factores de riesgo que desde la infancia influyen. Ver el estilo de vida de padres, tíos, hermanos y amigos que asaltan camiones; fardear desde pequeño en tiendas y supermercados o vender droga en la calle son las muchas formas de entrar a la maña.

‘El Taver’ está recluido por el asesinato de un hombre, otro de la maña de su barrio, que trató de cachetearlo. De buenas a primeras amenazó con disparar un arma, y mejor él se adelantó y lo mandó “al otro mundo”. 

De los amigos que en las calles delinquen con él, no hay rastro, a unos los balearon, otro terminaron descuartizados, y ‘El Taver’ pugna su condena solo con la visita de su madre una vez al año, en su cumpleaños, pero acompañado de una nueva familia, la de la cárcel, con quienes le hace al ‘freestyle’, al rap y a las rimas melódicas.

“Hay quien te enseña que la cárcel puede ser una oportunidad. Gente que ya la vivió y no por eso se encajan. Yo, por ejemplo, ahí en mi rap y todo lo que hacemos con mis carnales, tratamos de ser mejores dentro de lo peor”, cuenta.

(Foto: Instagram)

“El cuestionamiento sobre si un delincuente se hace o nace siempre es un cuestionamiento que yo he tenido y que hay que tener para entender cuál es la corresponsabilidad social que hay en un país, en una comunidad, ante la violencia que en ella se ejerce”, reflexiona Saskia Niño de Rivera. 

Delinquir, buscar el dinero fácil fue la manera en la cual ‘El Taver’ se educó, fue lo que vio, fue lo que entendió y fue el camino que tomó”, Saskia Niño de Riverareflexiona en el nuevo capítulo de su pódcast Penitencia.