Talli Barro delita con joyerías y artesanías, así lo hacen

Cuando alguien habla de alfarería, de inmediato se imaginan ollas, platos, tazas o esculturas de barro, pero pocos podrían imaginarse alhajas de barro con diseño exclusivo, como lo idearon en la cooperativa capitalina, Talli Barro, donde hacen pequeños dijes, aretes y adornos para que luzcan en el cuerpo o las casas de la gente.

(Foto: Marco Canales)

Leticia Martínez Juárez, miembro de la cooperativa, inició desde hace 33 años en este oficio, cuando trabajaba en una alfarería llamada Moctezuma, “ahí aprendí y siete años después, pusimos nuestro propio taller y hace 18 años nos constituimos como cooperativa”, relata.

Hoy ya no hay yacimientos de barro en la Ciudad de México, pero hay muchas partes en las que sí, como Oaxaca, y es de esos sitios de donde traen el material que utilizan para cada una de sus piezas, “el barro lo compramos en una tienda especializada y hacemos todo el proceso, lo limpiamos, hacemos el amasado, lo lijamos, lo pulimos y se mete al horno en una primera quema; sale, lo decoramos y vuelve al horno”.

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PURO GUSTO. Su gusto por la alfarería los llevó a hacer cosas diferentes, “hacemos cosas pequeñitas, como aretes y dijes, hasta piezas grandes, como esculturas o floreros, también tazas y adornos para la casa, imanes, y usamos barro de oaxaca y pasta cerámica; “mpezamos con la joyería, porque nuestro horno era muy pequeñito, y teníamos que ajustarnos; y la otra, es que necesitábamos hacer algo que fuera diferente para no hacer lo mismo, y empezamos haciendo broches, aretes, y vimos que es muy socorrida y es lo que más se vende, incluso, más que la parte decorativa; es más laborioso de hacer”, dijo y destacó que cada pieza es única porque las hacen una por una con sus manos.

(Foto: Marco Canales)

 “Hacemos cosas pequeñitas, como aretes y dijes, hasta piezas grandes como esculturas o floreros, también tazas”, mencionó Leticia Martínez de Tlalli Barro.