Wendy ejerció como maestra y sexoservidora a la vez, este fue su injusto final

El asesinato de Wendy, sexoservidora transexual degollada y desmembrada por un cliente que ocultó sus restos en una maleta, es un mal recuerdo para sus compañeras con las que trabajaba en las calles, porque este crimen representó “un puto menos”.

Éste ocurrió hace 10 años, justo en la temporada de decembrina, cuando un cliente, que en la actualidad se encuentra libre, solicitó un servicio sexual y pidió que lo llevara a su casa.

Días después, el cuerpo de Wendy apareció dentro de un maletín; en su boca, tenía su pene y los testículos.

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De acuerdo con las sexoservidoras, el sujeto que le quitó la vida también le robo dinero y una televisión.

Wendy tenía 53 años cuando la mataron, aparte de ser una trabajadora sexual, durante varios años laboró como docente en una secundaria del Estado de México. También estuvo casada y procreó tres hijos, pero se alejó de su esposa porque descubrió que le gustaba travestirse.

Todas las mañanas daba clases y en las tardes se dedicaba al sexoservicio en calles de la Ciudad de México, lugar en donde se hizo amiga de muchas sexoservidoras, quienes contaron su historia a El Gráfico.

A pesar de que tuvo una buena relación con sus estudiantes, había alumnos que al verla decían: “Cómo es posible que este puto esté dando clases aquí” y algunos padres de familia pensaban que podía ser una mala influencia para los adolescentes.

Wendy perdió su empleo de maestra porque a la subdirectora le pareció incorrecto que se hubiera colocado implantes de seno.

Durante muchos años, tuvo problemas con la trabajadora administrativa, quien expresaba que la respetaría y dejaría de llamarla José, cuando se hiciera el cambio genético.

Wendy en realidad se llamaba José, estuvo casada y tuvo tres hijos; era profesor y aunque se trasvetía nunca dejó su actividad de profesora”, mencionaron amigas de Wendy.

Pese a la saña con la que Wendy fue asesinada, las autoridades clasificarán al homicidio como un crimen pasional.