Comida mexicana que no debes perderte, en CDMX
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Bienvenido a un lugar lleno de evidencias: en los caldos, tacos y tortas; sobre las mesas de madera, en la vajilla toda de peltre, en las paredes con calaveras, en las lámparas de ralladores de queso, en las sillas traídas de otra época, en la joven y enérgica Gloryté.
Ella es la responsable, toda la culpa es de ella. Y es que aquí en “La Paisana” son tantas las formas en las que uno puede disfrutar de México que la cuenta simplemente se olvida y es como sumergirse en otro mundo que no tiene nada qué ver con el que está cruzando la puerta, hacia la calle.
La señal del paraíso es un mural inevitable, colorido, firmado por @cixmugre y cuya extensión abarca el tamaño de cuatro pisos. Adentro, lo kitsch también es imponente.
La idea, dice Gloryté, era establecer un espacio donde la mexicanidad brillara por lo que es, una referencia cultural mundial.
Por eso las especialidades de la casa son el mole de olla, la carne en su jugo, la torta de cecina, chorizo y chicharrón y las cuatro salsas que las acompañan.
La carta en forma de un juego de lotería es lo mismo que una lámpara mágica; se piden deseos pero aquí no hay límites.
Hay birria, pancita de zetas, tostadas de chorizo, molletes con chilaquiles, nopales con champiñones o carne, tacos de guisado, de arrachera y de bistec, entre otras delicias que van cambiando semana a semana.
Las guarniciones no son menos especiales: fideo seco y nopalitos de receta secreta. Además cuatro salsas de distintos niveles de picor: verde, con tomate y chile; morita y tomate; chile de árbol y la de habanero tatemado.
El próximo 7 de julio se cumplirá el primer aniversario desde que Gloryté, de 32 años, inició una de las aventuras que le ha dejado alta satisfacción, sobretodo cuando se entera que hace muy feliz a mucha gente.
“Mi comida es de antojo, se me antoja y lo hago. Uno siempre va haciendo su mezcla”, afirma la cocinera de profesión.
Doña Tere, su mamá, también ha compartido su sabiduría en el menú de los postres. Hay mouse de guayaba con fresas, brownie de nutella, helado y panqué místico.
“Aquí la gente no se queda con las ganas”, dice sonriente. Su meta es enamorar a los visitantes con lo que mejor sabe hacer y algún día ver a “La Paisana” despachando las 24 horas del día.
¿DÓNDE?
Visítalos en la calle Artículo 123 casi esquina con Iturbide, en el número 122, alcaldía Cuauhtémoc. De lunes a sábado, de 9:00 a 19:00 horas.