La historia de Don Bernardino, el guardián de las tumbas olvidadas en Edomex

TOLUCA.— No importa si es otoño o primavera, don Bernardino recorre el Panteón General “La Soledad”, revisa las tumbas que ya nadie visita, las que ve olvidadas. Las limpia, las hace propias, son sus muertos, aunque no los haya conocido.

Al ser uno de los camposantos más antiguos del Estado de México, edificado en 1884, La Soledad alberga un sinfín de historias que ya no serán escuchadas, pues los descendientes de quienes ahí yacen ya no viven y su recuerdo se perdió entre generaciones.

Ahí entra la labor de Don Bernardino, trabajador de Servicios Públicos, quien sabe qué estas fechas hacen que el panteón cobre vida, por lo que, para que no desentonen las tumbas olvidases, incluso en las que algunos nombres se han borrado, las mantiene frescas.

“Hay algunas que son de 1890, aproximadamente, pues esas ya no las visitan por eso nosotros les damos la atención. Hay momentos en los que a veces pasamos haciendo la labor y salen los murciélagos, ya no nos asustamos”.

Por eso las limpia y evita que se pierdan entre la maleza, más allá del valor histórico que pudieran tener, pues la clase alta del siglo XIX ahí yace, son personas cuyos restos merecen tener un sepulcro digno.

Desde este jueves y todo el fin de semana el Panteón La Soledad recibirá a los que aún recuerdan a sus fieles difuntos, harán que el camposanto florezca y con ello, también los olvidados.