Camioneta termina envuelta en llamas
La conductora detuvo el vehículo al ver que salía humo del cofre pero de inmediato se prendió
Camioneta (Foto: Helmer Morales)
Envuelta en llamas terminó ayer una camioneta de modelo reciente en las inmediaciones del paradero del Metro Indios Verdes, en la delegación Gustavo A. Madero. La conductora del vehículo salió ilesa aunque sufrió una crisis nerviosa.
Ayer, alrededor de las 11:30 horas, Margarita Nápoles Ramírez, de 42 años, conducía una camioneta Mazda de color blanco sobre Avenida Insurgentes con dirección al centro de la ciudad.
Al estar cerca del cruce con la Calzada Ticomán, en la colonia Residencial Zacatenco en GAM, la mujer se percató que comenzó a salir humo del cofre de la camioneta por lo que se orilló y apagó la unidad.
Sin saber lo que ocurría la mujer apagó el motor y tomó su teléfono celular para pedir ayuda a un familiar, pero mientras se realizaba el enlace, brotó una chispa del cofre y en cuestión de segundos el fuego se expandió.
Aparentemente fue una falla en el sistema eléctrico del vehículo lo que generó un cortocircuito y el posterior incendio.
Cuando se dio cuenta que su camioneta se incendiaba, Margarita bajó de inmediato y corrió a la cajuela, aparentemente en busca de un extinguidor. Sin embargo las llamas se avivaron rápidamente y al darse cuenta que no lograría sofocarlas, corrió hacia el camellón para ponerse a salvo.
Otros automovilistas y peatones miraban sorprendidos el accidente. Policías Bancarios y preventivos que fueron alertados sobre lo que ocurría cerraron la circulación sobre los 3 carriles de Insurgentes y sólo permitieron el paso de vehículos sobre el carril confinado de la Línea 1 del Metrobús.
Elementos del cuerpo de bomberos llegaron en minutos y sofocaron el incendio. Margarita Nápoles fue atendida, por paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) debido a que sufrió crisis nerviosa.
Una grúa de la Secretaría de Seguridad Pública del DF remolcó la camioneta siniestrada hasta un sitio en el que no obstruyera la circulación. Ahí, la mujer esperó a su ajustador de seguros.
Redacción