Sicarios ejecutan al comandante Mendoza de 50 plomazos, en Cuautitlán

Ignacio Ramírez

De al menos 50 balazos fueron asesinados el comandante de la Fiscalía mexiquense José Luis Mendoza Espinoza y su escolta Omar Orlando López Arredondo cuando salían del domicilio del mando, en la colonia Santa Rosa de Lima, en Cuautitlán Izcalli.

Los agentes ministeriales, adscritos a la Fiscalía de Homicidios, circulaban sobre avenida San Antonio cuando al cruce con la calle Bugambilia sujetos a bordo de una camioneta tipo Van blanca les dispararon con armas de grueso calibre a las 9:00 horas de ayer.

Los agresores iban por el Comandante Mendoza, conocido así entre sus compañeros, pues dispararon a la puerta del copiloto del vehículo oficial, un Chevrolet Malibú blanco, que recién les habían asignado.

Detenciones relevantes. Mendoza participó en la captura de peligrosas bandas del crimen organizado, como la de Óscar Osvaldo García Montoya, “El Compayito”, líder de La Mano con Ojos y sucesor de Édgar Valdez Villarreal, del cártel de Los Beltrán Leyva.

También participó en la detención de Alejandro Yáñez Hernández, “El Incorregible”, “El Fantasma” y/o “El LH”, quien reconoció al menos 16 ejecuciones en la zona oriente de la entidad, luego de abandonar a La Familia Michoacana. Juan Carlos Vasconcelos Montalvo, “El Canas”, quien encabezó dos multihomicidios a principios de 2011 en Neza y reconoció su participación en más de 20 crímenes, fue otra de sus detenciones relevantes.

Para sus colegas de la PDI, Mendoza tenía la vara alta con Mario Salas, titular de la Fiscalía General de Homicidios con sede en Toluca.

En las inmediaciones del ataque, una cámara grabó el auto en el que los agresores huyeron, por lo que la Fiscalía implementó un operativo de revisión en la zona. Las amenazas en una manta colgada hace un año sobre un puente peatonal de la colonia Campestre Guadalupana, en Nezahualcóyotl, se cumplieron contra el Comandante Mendoza, a quien se acusaba de “limpiar la plaza” para un grupo delictivo.

Negro historial. Durante su paso por la entonces Procuraduría General de Morelos, en la década del 2000, fue cesado luego de atender un asalto a una farmacia en el centro de Jojutla, donde sustrajo el dinero de una caja registradora, hecho que quedó grabado en las cámaras de seguridad.

Además, estuvo implicado en diversas denuncias de tortura y violación a los derechos humanos de personas detenidas, por lo que tuvo que presentar su renuncia en la administración de Arturo Montiel; a partir de ese momento comenzó a trabajar como policía ministerial en el estado de México. 

Pero también familiares de presos lo han acusado de fabricar delitos, incluso en diciembre se manifestaron en la Fiscalía Regional de Tlalnepantla.