Rocían plomo a chavitos

Al menos 18 balas fueron disparadas contra un menor de 15 años y un joven de 22, quienes a pesar de su intento por huir no lograron escapar de la muerte.

Los cuerpos de Roberto Ponce Neri y Jaime "N" quedaron a cuatro metros de distancia; atrás de los cadáveres un camino de cartuchos percutidos tapizó el pavimento de Oriente 110, en la colonia Juventino Rosas, delegación Iztacalco.

Los jóvenes fueron asesinados a unos pasos de su domicilio y familiares no tardaron en llegar al punto donde los encontraron desangrándose.

"Que los revivan, que los revivan", exigía el grupo a los rescatistas, pero era obvio que ambos estaban muertos: un balazo en la cabeza se apreciaba en ambas víctimas.

Vecinos relataron que vieron corriendo a las víctimas, pero nadie se atrevió a dar características de los agresores.

"Todos escucharon, todos vieron, pero nadie dice nada porque tienen miedo", comentó un rescatista.

Más de 30 personas invadieron la zona acordonada, querían llorar cerca de los cadáveres de los jóvenes.

En torno a la escena había una botella de alcohol y una caguama vacía; los jóvenes fueron sorprendidos mientras bebían en una calle señalada por los vecinos como punto rojo.

"Pues ahí se sabe que se vende cocaína, no sabemos si ellos, pero ahí se vienen a surtir", comentó una vecina.

Con abrazos y lamentos los jóvenes fueron despedidos. 

Cuando los peritos de la PGJCDMX realizaron el levantamiento de los cuerpos la promesa de venganza fue lanzada por rostros jóvenes que gritaban de dolor.