Julio viajaba de copiloto en la carroza fúnebre que trasladaba el cuerpo de su yerno cuando fue acribillado. El hombre se dirigía a sepultar a su familiar que al igual que él fue asesinado en calles de Tlalnepantla.

Tres días después de que un hombre fuera asesinado en la colonia San Lucas Patoni, sus familiares terminaron de velar el cuerpo.

Eran casi las 3:00 de la tarde y la familia había salido de la funeraria para avanzar en el cortejo fúnebre hacia el cementerio.

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Además del féretro, en vehículo viajaba Julio de copiloto. Pero antes de que la camioneta avanzara, un grupo de hombres se acercó al lugar para rafaguear la camioneta donde el hombre de 61 años viajaba.

Fueron los balazos lo que impidió que familiares y testigos lograran ver a los responsables del ataque.

Pero cuando los agresores escaparon, los vecinos y familiares se acercaron a tratar de auxiliar al hombre herido.

Ellos pidieron ayuda de policías y paramédicos que al llegar al sitio hallaron a copiloto sin vida.

Ante los agentes que atendieron el caso, los familiares indicaron que el viernes pasado ocurrió el homicidio del yerno de Julio.

Aunque pensaron que con la muerte del primer familiar se terminarían los homicidios, hoy fueron testigos de un segundo ataque.

Ante los testigos del homicidio los familiares exigían a los curiosos y a medios de comunicación que no se acercaran al lugar para evitar que se enteraran de la muerte del hombre.

Pero a pesar de que ellos negaban que el hombre había sido acribillado, los 19 casquillos de tres diferentes armas que los peritos hallaron alrededor de la camioneta desmienten a la familia.

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