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Los proyectiles provenían de un vehículo color negro, en el que viajaban al menos dos personas, el cual aceleró para escapar tras el ataque.
Tras escuchar las detonaciones, familiares y vecinos de las víctimas salieron de sus hogares para ver que había ocurrido, encontrándose con ambos jóvenes tirados y heridos sobre el asfalto, por lo que de inmediato llamaron a los servicios de emergencia.
Ante la tardanza de los paramédicos, familiares de los heridos los subieron a un vehículo particular y los llevaron hacia el hospital más cercano, donde fueron atendidos de emergencia por los médicos.
Rodrigo sufrió un balazo en la espalda y en la pierna izquierda, mientras que el menor, fue alcanzado por una bala que le dio en una nalga.
Hasta el momento, se desconoce el móvil del ataque, así como el paradero de los responsables.