Más Información
A Eduardo lo conocían por ser un taxista sin problemas, pero mujeriego. Después de pasar la tarde con una amiga, regresó a su casa en Tlalpan, en donde fue asesinado.
El domingo después de la medianoche, Eduardo mandó un mensaje al teléfono de sus familiares para avisarles que saldría a dejar a una mujer con la que pasó la tarde. Quince minutos después, el hombre de 30 años de edad fue ejecutado.
Las cámaras de vigilancia de la familia del taxista captaron el momento de la agresión. Según las imágenes, Eduardo se encontraba a bordo de su taxi Versa Nissan estacionado afuera del domicilio familiar, en la colonia Pedregal Santa Úrsula Xitla.
Ahí, a la calle Volcán Iztaccíhuatl, llegaron dos sujetos en una moto, con casco y arma para disparar contra el taxista. Fueron siete detonaciones las que alertaron a los habitantes y conocidos de Eduardo.
Al salir a indagar lo ocurrido, se encontraron con el hombre herido. Él yacía aún con vida y sentado frente al volante del vehículo. Por eso, lo trasladaron al Hospital Gea González, en donde murió.
Ante los agentes que atendieron el caso, los familiares de Eduardo dijeron que él no tenía problema alguno, pero que su gusto por diferentes mujeres podría ser la causa de la agresión. Los matones no habían sido detenidos por la policía.